Relacion clave

Medicina y filosofía

Un filósofo de prestigio mundial reflexiona acerca de los límites entre medicina y filosofía.

Autor/a: Por Mario Bunge

Fuente: Perfil.com

Intentaré defender dos tesis de interés para los médicos: que la investigación biomédica exige filosofía, y que el ejercicio de la medicina se vuelve rutina tediosa sin una perspectiva filosófica. Para sustentar ambas tesis, recordaré los casos de Hipócrates, Harvey, Paré, Bernard, Cajal y Houssay.
 
Hipócrates es llamado el padre de la medicina porque fue el primer médico que describió los trastornos de la salud de manera objetiva y detallada, y el primero en tratar la enfermedad como un proceso natural, en el que no intervenían dioses, demonios ni brujos. La consecuencia terapéutica es obvia: las enfermedades deben ser tratadas por medios naturales, sin recurrir a encantamientos ni a ritos religiosos. Basta de sacrificar gallos a Esculapio.
 
Hipócrates también fue el primer médico en afirmar que los trastornos psiquiátricos son patologías del cerebro, así como el primero en subrayar la importancia del medio ambiente. Hipócrates adoptó, en suma, la filosofía materialista, según la cual el Universo está compuesto exclusivamente por cosas materiales. Las llamadas medicinas alternativas y el psicoanálisis le hubieran horrorizado.
 
Ambroise Paré (1509-1590), el padre de la cirugía moderna, aprendió su anatomía como médico cirujano en el campo de batalla. Entre otras cosas, descubrió que los nervios periféricos forman un sistema paralelo al cardiovascular. Paré y Harvey introdujeron, pues, el enfoque sistémico en la biología humana. Los atlas anatómicos anteriores a ellos mostraban a los distintos órganos separados entre sí.
 
William Harvey (1578-1657) descubrió que la sangre, en lugar de permanecer quieta o de oscilar, circulaba por el circuito que llamamos sistema cardiovascular. Llegó a esta hipótesis haciendo experimentos, ya que la mera disección de cadáveres puede sugerir hipótesis anatómicas, pero no fisiológicas. Dicho sea de pasada, Harvey estudió en Padua, la universidad de Galileo, y no sólo medicina, sino también filosofía.
 
Demos ahora un salto, de la Revoluciónn Científica a mediados del siglo XIX. Entonces fue cuando Claude Bernard (1813-1878) practicó y predicó el método experimental en investigación biomédica. Bernard experimentó en conejos y otros animales porque, contrariamente a la doctrina cristiana, sabía que los seres humanos somos animales emparentados con todos los demás. Casi todos los fármacos se estudian en animales antes de ensayarlos en humanos.
 
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) fundó la neurociencia moderna. Sus observaciones fueron tan precisas que aún hoy se usan en textos médicos. Cajal formuló las hipótesis de que el sistema nervioso es un sistema compuesto por neuronas, y que los impulsos nerviosos son de vía única. También cimentó la hipótesis de la unidad psiconeural, o sea que los procesos mentales son procesos cerebrales, tal como lo había sospechado Hipócrates dos milenios y medio antes. Sin esta hipótesis no se explicarían los éxitos de la neurocirugía ni de la psicofarmacología. No contento con investigar, Cajal formó varios discípulos eminentes, tales como Rafael Lorente de Nó, e hizo lo posible por avanzar la causa de la ciencia en su patria, entonces muy atrasada.
 
El último caso que quiero recordar es el de Bernardo A. Houssay (1887-1971), el primer científico experimental y Premio Nobel en Ciencias que produjera la Argentina. Houssay en Buenos Aires, como Cajal en Valencia, empezó a investigar con recursos muy modestos, en una facultad de medicina en la que nunca se había investigado antes. Su contribución a la fisiología del sistema endocrino-inmune fue capital porque probó que el páncreas y la hipófisis son, en efecto, partes de un sistema único. El animal al que se le extirpa el páncreas desarrolla diabetes, pero mejora notablemente si también se le extirpa la hipófisis, lo que era contraintuitivo, como todas las hipótesis científicas originales.
 
Houssay fue el primer científico argentino en formar una escuela: hacia 1940, su Instituto de Fisiología tenía unos cien investigadores, entre ellos Eduardo Braun Menéndez y Luis Leloir, también galardonado con el Nobel. La dictadura militar de 1943 lo destituyó de su cátedra de Fisiología, pero con fondos privados organizó un instituto en el que prosiguió sus investigaciones. Además, Houssay, al igual que Cajal, fue un luchador incansable por el reconocimiento de la ciencia como motor del desarrollo nacional. Al restablecerse el orden constitucional, fue nombrado presidente del Consejo Nacional de Ciencia y Técnica, el que financiaba proyectos de investigación, becas a investigadores jóvenes y viajes a congresos internacionales.
 
Los pocos casos que acabamos de recordar, de Hipócrates a Houssay, sugieren la importancia de dos hipótesis filosóficas en la investigación biomédica y el ejercicio de la medicina: el materialismo y el sistemismo. Sin materialismo caeríamos en el chamanismo, y sin sistemismo, trataríamos a cada parte del cuerpo independientemente de las demás partes.
 
Lo que vale para la medicina vale para todas las demás disciplinas. O sea, hay que ubicar las cosas que se estudian o manipulan en el sistema de sistemas que es el universo material; y hay que ubicar la disciplina que se practica en el sistema de las ideas contrastables. También hay que practicar el realismo. Así como el sistemismo nos salva del espacialismo fragmentador, el realismo nos salva del apriorismo.
 
Pero el sistemismo y el realismo no bastan: también hay que practicar el cientificismo. Esta es la regla filosófica según la cual, toda exploración debiera conducirse a la luz del método científico, ya que es el único que nos protege del dogmatismo. Este último es característico de las escuelas filosóficas más influyentes en la actualidad: tomismo, marxismo, positivismo, hermenéutica, fenomenología y existencialismo. Estas escuelas no progresan ni dejan progresar. Por algo los miembros de todas ellas, tanto los de izquierda como los de derecha, combaten al cientificismo.
 
El médico que se aferre a una posición dogmática se quedará atrás y constituirá un peligro para la salud pública. Para ayudar a vivir hace falta una filosofía viva, que se renueve a medida que progresen todas las ramas del conocimiento.
 

*Filósofo.

Mario Bunge (bio). (21 Septiembre, 1919, Buenos Aires) es un físico, filósofo de la ciencia y humanista argentino; defensor del realismo científico y de la filosofía exacta. Es conocido por expresar públicamente su postura contraria a las pseudociencias, entre las que incluye al psicoanálisis, la homeopatía y la microeconomía neoclásica (u ortodoxa), además de sus críticas contra corrientes filosóficas como el existencialismo, la fenomenología, el posmodernismo, la hermenéutica y el feminismo filosófico.

Biografia: nació en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1919. Interesado en la filosofía de la física, Bunge comenzó sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata, graduándose con un doctorado en ciencias físico-matemáticas en 1952. El tema de su tesis doctoral versó sobre Cinemática del electrón relativista. Allí, y en la Universidad de Buenos Aires, fue profesor de física teórica y filosofía desde 1956 hasta 1963 cuando, insatisfecho con el clima político de su país, tomó la decisión de emigrar. Por unos pocos años enseñó en universidades de México, EE. UU. y Alemania. Finalmente, en 1966 se instaló en Montreal (Canadá), donde enseña en la Universidad McGill desde entonces, ocupando la cátedra Frothingam de lógica y metafísica (es Frothingham Professor of Logic and Metaphysics). Tal vez su obra más importante sean los ocho tomos de su Tratado de filosofía (Treatise on Basic Philosophy), pero se trata de un autor enormemente prolífico que, tras exponer sus posiciones generales en el Tratado, ha ido publicando en forma regular las aplicaciones de su filosofía a diversas ciencias, tanto naturales como sociales (ver más abajo en Publiciones).

Mario Bunge ha sido honrado con dieciséis doctorados honoris causa otorgados por instituciones como la Universidad de Salamanca (España) en 2003, la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) y la Universidad de Buenos Aires (Argentina) en 2008. También recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1982.

Interesado principalmente por la lógica de la ciencia y los problemas del conocimiento científico, ha tratado de construir una filosofía científica (más precisamente, una metafísica) que tuviera en cuenta tanto el conocimiento elaborado por la ciencia como el método utilizado por quienes la practican, entendiendo que este último es un proceso que no está exclusivamente supeditado ni a la experiencia ni a la teoría.

Aunque la concepción de la ciencia elaborada por Bunge concede importancia al desarrollo de la investigación científica en la historia, su orientación está principalmente dirigida al análisis formal de dicho desarrollo, y se aparta de la insistencia en los aspectos históricos, psicológicos y sociales propia de enfoques como los de T. S. Kuhn y P. K. Feyerabend.

Defensor de un realismo crítico basado en una ontología materialista y pluralista, ha mantenido una actitud beligerante ante el psicoanálisis, al que considera una pseudociencia supeditada a la aceptación acrítica de la doctrina de Freud como argumento de autoridad; en un sentido análogo, considera que el marxismo no ha conseguido superar la condición ideológica de sistema de creencias a causa de su repetición también acrítica de las enseñanzas de Marx.

Sin duda, la obra por la cual Bunge se ha distinguido especialmente en el ámbito de la filosofía profesional es el extenso Treatise on Basic Philosophy (Tratado de filosofía). Se trata de un esfuerzo por construir un sistema que abarque todos los campos de la filosofía contemporánea, enfocados especialmente en los problemas que suscita el conocimiento científico.

Su hincapié en el rigor metodológico—buscado con el uso de herramientas formales (lógico-matemáticas) y de conocimiento fundado científicamente--, su amplitud temática, su originalidad y su mencionado carácter sistémico hacen del Treatise uno de los emprendimientos filosóficos más ambiciosos de los últimos siglos.

Síntesis biográfica:

Nacido en Buenos Aires el 21 de agosto de 1919.
-Residente de Montreal, Canada, desde 1966.
-Doctor en ciencias fisicomatematicas,Universidad Nacional de la Plata (1952).
-Doctor honoris causa: Simon Fraser University (1981); Universidad de Rosario (1985);
Universidad Nacional de la Plata (1987); Universidad Federal de Santa Catarina (1991);
Universidad Nacional de Cordoba (1995); Universidad Cayetano Heredia (1996);
Universidad Inca Garcilaso de la Vega (1996); Universidad Nacional del Sur (1997);
Universidad Nacional de San Agustin de Arequipa (1997
-Catedratico: Fisica teorica en las Universidades de Buenos Aires (1956-58) y de la Plata (1956-59);
De filosofia, Universidad de Buenos Aires (1957-62) y McGill University(1966 a la fecha);
Profesor visitante de filosofia, University of Pennsylvania (1964-1965) yUniversity of Texas (1963);
Profesor de fisica y filosofia, Temple University (1964-65) u University of Delaware (1965-1966);
Profesor visitante, Universidades de Freiburg, R.F.A. (1966); Nacional Autonoma de Mexico (1968);
Aarhus (1973); Ginebra (1986-87) y Genova (1993-94); Profesor investigador, Universidad Nacional
Autonoma de Mexico (1975-76); Professor of Logic and Methaphysics, McGill University (actualmente)

Miembro de:

De la Academie Internationale de Philosophie des Sciences (1965)
Institut International de Philosophie (1969)
Academy of Humanism (1985)
Fellow of the American Association for the Advancement of Science (1984)
Royal Society of Canada (1992)

Distinciones:
Award of Merit, University of Wisconsin (1979)
Premio Principe de Asturias en Comunicacion y Humanidades (1982)
Volumen de homenaje: Scientific Philosophy Today: Essays in Honor of Mario
Bunge (J. Agassi y R. S. Cohen, 1982)
Volumen de estudios criticos (P. Weingartner y G. Dom)
Studies on Bunge’sTreatise (1990)
Ensayos bibliograficos (R. Serroni-Copello)
Encuentros con Mario Bunge (1980)
Entretiens avec Mario Bunge (L. M. Vacher, 1993)
 
Autor de 80 libros y de mas de 450 artículos sobre temas de física teórica, matematicas aplicadas, teoría de sistemas, sociologia matemática, epistemología, semántica, ontologia, axiología, ética, política científica,etc.