1. ¿Por qué el glamour se derrama como la miel sobre los coquetos conferencistas de hoteles five stars y el anonimato y la indiferencia sobre los heroicos médicos y enfermeras que todos los días hunden sus pies en el barro y la sangre?

2. ¿Por qué la feminización de la medicina no llega a los salarios ni a los cargos jerárquicos y se cuida de mencionar la injusta doble imposición laboral de las mujeres?

3. ¿Por qué se sostiene en sus cargos -en hospitales y universidades- a personas que han perdido el entusiasmo y la creatividad y flotan inertes en sus despachos durante décadas como excrementos de perro en las costas del Riachuelo?

4. ¿Por qué se confirman como jefes a personas que cercenan las posibilidades de desarrollo de los más jóvenes y mutilan toda iniciativa que desnude su tremenda mediocridad?

5. ¿Por qué ocupan altos cargos docentes universitarios personas que no comparten lo que saben sino que lo exhiben como un título nobiliario y rodean a su pequeña cuota de saber con un halo de falso misterio e inaccesibilidad?

6. ¿Por qué se alimenta la mitología tribal de que los más jóvenes con deseos de aprender deben ser maltratados, esclavizados, sometidos a ritos de iniciación y a la bárbara pedagogía de la humillación?

7. ¿Por qué los diarios y la TV sólo muestran la gesta dramática y con final feliz de los receptores de órganos pero silencian el gesto doliente y solidario de los donantes y el tremendo y abnegado esfuerzo de los procuradores?

8. ¿Por qué los trasplantes más comentados se realizan en instituciones privadas pero todas las donaciones de órganos proceden de instituciones públicas?

9. ¿Por qué parece autoevidente que la investigación farmacológica saturada de controles regulatorios, inversiones millonarias y monitoreos de calidad, legales y bioéticos es siempre inmoral mientras que las terapias alternativas o las psicoterapias improvisadas y sin fundamento que no tienen ni investigación ni controles y mueven cantidades impresionantes de dinero lucen simpáticas, naturales e inocentes?

10. ¿Por qué el pensamiento pseudocrítico y  vulgar de la clase media que grita contra la medicalización de la vida jamás denuncia las condiciones de posibilidad que hacen que las personas la reclamen, la consuman y la reproduzcan?

D.F.