Revisión sistemática y metanálisis

Ácidos grasos Omega-3 para el tratamiento de los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad

El aporte de ácidos grasos omega-3, especialmente en forma de suplementos con dosis elevadas de ácido icosapentaenoico, se asocia con mejora moderada de la sintomatología del trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Introducción y objetivos

Diversos estudios han revelado diferencias en la composición de los ácidos grasos omega-3 en el plasma y en las membranas de los glóbulos rojos de los pacientes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), en comparación con los controles sin trastornos de la conducta. Los ácidos grasos omega-3, señalan los expertos, ejercen efectos antiinflamatorios y pueden modificar la fluidez y la composición de los fosfolípidos de las membranas celulares en el sistema nervioso central. Por su parte, la fluidez de la membrana puede afectar la neurotransmisión mediada por serotonina y dopamina.

El objetivo del presente metanálisis fue establecer la eficacia del aporte de ácidos grasos omega-3 en niños con TDAH.

Métodos

Los autores realizaron una búsqueda bibliográfica en PubMed para identificar los trabajos aleatorizados y controlados con placebo que evaluaran los efectos de los suplementos de ácidos grasos omega-3 en niños con síntomas de TDAH.

El criterio principal de valoración fue la diferencia promedio estandarizada en las escalas de gravedad del TDAH. Se efectuaron análisis secundarios para determinar los efectos de la dosis de los diferentes ácidos grasos omega-3 incluidos en los suplementos.

Resultados

El metanálisis abarcó 10 trabajos que incluyeron 699 niños. El aporte de ácidos grasos omega-3 se asoció con una mejora leve pero significativa de los síntomas de TDAH. La dosis del ácido icosapentaenoico presente en los suplementos se correlacionó en forma sustancial con la eficacia de la intervención. No se encontraron indicios de heterogeneidad o de sesgo de publicación entre los trabajos.

Conclusión

El aporte de ácidos grasos omega-3, especialmente en forma de suplementos con dosis altas de ácido icosapentaenoico, se asoció con mejora moderada de la sintomatología del TDAH. Si bien la eficacia fue inferior en comparación con los agentes farmacológicos disponibles en la actualidad, tales como psicoestimulantes, atomoxetina o alfa2 agonistas, el excelente perfil de seguridad de los ácidos grasos omega-3 y la mejora sintomática moderada sugieren que esta estrategia de terapia es válida para incrementar la acción del tratamiento farmacológico. Igualmente, representa una opción muy interesante de terapia cuando las familias no aceptan el uso de los psicofármacos, concluyen los especialistas.

 

♦ SIIC- Sociedad Iberoamericana de Información Científica