Ciclo de entrevistas “Invisibles”: Residencia de Medicina General del Impenetrable Chaqueño

"Estamos para romper estructuras y cuestionar desde lo positivo”

IntraMed entrevistó a los doctores Nicolás Bona, Soledad Altamiranda y Augusto Alcaraz, integrantes del servicio. Contaron cómo lograron agilizar la atención en una región con fuertes necesidades.

Autor/a: Celina Abud

Invisibles: No siempre el valor y la fama coinciden; ni los médicos más dedicados son los más visibles. Valoran el agradecimiento de quienes los necesitan más que algunos minutos en televisión. Forman parte de sus comunidades y están comprometidos con ellas. No tienen nada para vender; más bien comparten lo que tienen, lo que saben. Atienden en localidades remotas a familias humildes, no quieren dejar huérfana a ninguna enfermedad. Curan cuando se puede y cuidan siempre. Son aquellos que con los pies en el barro le dan sentido a una profesión milenaria. IntraMed quiere homenajearlos con este ciclo de entrevistas que se propone darles visibilidad a los “Invisibles”.



Con el objetivo de dar atención a quienes más lo necesitan, se erige la Residencia de Medicina General del Impenetrable Chaqueño. Fue creada en 1983 y de ella salieron distintas camadas de médicos capacitados para atender las necesidades de la región. La nueva generación de este servicio se consolidó en 2019 y hoy tiene sede en el Centro de Salud de Curishí, un barrio originario qom dentro de la ciudad de Juan José Castelli, en la provincia de Chaco, Argentina. El grupo atiende todos los procesos de salud enfermedad, entre ellos embarazo, control de niño sano, atención general, taller de concientización de anticonceptivos, enfermedades crónicas en adultos y además realizan visitas domiciliarias. Trabajan a la par de agentes sanitarios, que forman parte de la comunidad qom y que también están en el centro de salud para oficiar de traductores a quienes no hablan castellano y facilitar la comunicación en general entre médicos y pacientes. 

La nueva camada de residentes comenzó a trabajar en la localidad de Wichi El Pintado hasta que se trasladó a la ciudad, donde derivan pacientes de distintas localidades del Impenetrable. Sus médicos son conscientes de que cualquier acción que ejecutan vale mucho en una región donde hay de todo por hacer. Incluso uno de los logros más celebrados dentro de la residencia es haber mejorado el control de las personas que viven con VIH al permitir, capacitaciones mediante, que se realicen las extracciones de sangre en su localidad y no tener que trasladarse por horas para una muestra. IntraMed dialogó con el jefe de residentes, Nicolás Bona y dos médicos residentes, Soledad Altamiranda y Augusto Alcaraz.

Bona es oriundo de Chascomús, Buenos Aires y lo movilizó trasladarse a la región del Impenetrable para marcar la diferencia. Altamiranda es  de Tandil, en Buenos Aires. Mientras que Alcaraz es de Quitilipi, Chaco, una localidad a 140 kilómetros de la localidad de Juan José Castelli y si bien se formó como médico en Rosario, decidió volver a atender en su provincia de origen. Aquí la historia de todos ellos.

¿Cuándo supieron que querían ser médicos?

Nicolás Bona. De chiquito crecí con muchos perros y siempre pensé que necesitábamos un espacio de cuidados para animales que fuera público (en Chascomús, la ciudad donde yo crecí,  no existía uno). Llegando a la adolescencia y la adultez me di cuenta de que sí existían los espacios públicos para el cuidado de las personas  con sus necesidades. Ahí me picaron las ganas de estudiar medicina y de acompañar a la gente en sus procesos de salud y enfermedad.

Antes la residencia estaba Wichí El Pintado. ¿Cuánto les llevaba llegar, qué dificultades tenían los caminos y qué desafíos representaba atender ahí?

Nicolás Bona. Nuestro grupo de trabajo comenzó sus pasos en 2019 en Wichi El Pintado, localidad a la que se llega en 3 horas y media o cuatro horas por camino de tierra desde Juan José Castelli. Las dificultades en el Impenetrable son muchas y los caminos son una de ellas, porque se hacen colchones de polvo, por ejemplo. Incluso en seco, sin que haya llovido es muy difícil acceder y de haber lluvias, los caminos se ponen intransitables, es imposible llegar o te podés quedar varado en el medio del monte. La residencia empezó sus pasos ahí porque nuestro jefe de residentes era un médico de esa localidad, que es muy pequeña y tiene 3000 habitantes. Nuestra sede fue un centro de salud en Wichi El Pintado. Trabajábamos ahí durante dos semanas, haciendo atención o visitas domiciliarias. Ahí no había señal de teléfono ni internet, por lo que estábamos incomunicados. Y cada dos o tres semanas volvíamos a la ciudad. Ahora la residencia funciona en el Centro de Salud del Barrio Curishí de la ciudad de Juan José Castelli.

¿Cómo es la rutina de atención hoy en el Barrio Curishí?

Soledad Altamiranda. Nosotros somos una residencia pero tenemos divididas las tareas. A la mañana adquirimos experiencia en rotaciones dentro del Hospital del Bicentenario General Martín De Güemes. Por ejemplo, ahora estoy en el sector de pediatría, Augusto en la parte de obstetricia. Y a la tarde nos desenvolvemos como médicos en el Centro de Salud del Barrio Curishí. Los martes nosotros nos estamos abocando al control de niño sano y aprenderemos sobre otras patologías en un próximo momento. Y los jueves nos dedicamos a atención general. Además, como es una residencia ubicada en una zona con mucha población, hay bastante atención de demanda espontánea.

Augusto Alcaraz. La mayoría de los pacientes que se atienden en nuestra residencia son de la comunidad qom. Muchos vienen al hospital derivados de la zona del Impenetrable, desde diferentes puestos sanitarios. Atendemos en el centro de salud los martes y jueves y después, los otros días, regresamos a otras actividades dentro del Hospital del Bicentenario, en donde vamos a encontrarnos con distintos servicios. Yo ahora estoy en la parte de obstetricia, anteriormente estuve en la parte de pediatría, dermatología, clínica médica, guardia en general.

Nicolás Bona. Como residencia lo que hacemos es formar profesionales, médicos y médicas, en este caso especialistas en Medicina General. Pensamos las rotaciones por la mañana, porque muchos casos requieren atenderse en el hospital en los distitnos sectores. Y por la tarde sí trabajamos en el centro de salud, en atención primaria de la salud. 

¿Cuáles son los principales problemas de salud que presenta la gente de la zona?

Nicolás Bona. Todos. Últimamente vemos muchos casos de patologías parasitarias, como escabiosis o pediculosis, parasitosis intestinales también.

Augusto Alcaraz. En la zona de Juan José Castelli, atendemos a muchas personas con necesidades básicas incompletas, de bajos recursos. Entonces están las parasitosis. Además tenemos a la enfermedad de Chagas, las afecciones de vía aérea respiratorias bajas como la tuberculosis, encontramos pacientes de bajo peso en la población pediátrica y también hay distintas alteraciones a nivel de la piel.

¿Qué es lo que se necesita para atender en zonas remotas y no abandonar?

Augusto Alcaraz. Tienen que tener vocación. Antes yo era enfermero universitario, más tarde hice mi carrera de médico en la Universidad Nacional de Rosario y después rendí para entrar en la residencia de Medicina General. Y elegí Juan José Castelli porque yo trabajaba en la zona de Miraflores con más enfermeros, conocía al grupo de personas y las distintas patologías que se presentaban. Y como dije antes, tienen que tener mucha vocación para permanecer en un lugar donde hay muchas necesidades. Hay ciertos elementos con las que uno no cuenta para brindar la atención indicada a un paciente y tenemos que ser un poco creativos para solucionar el problema. Porque a veces no contamos con determinados fármacos y vemos cuáles tenemos. Y después están los traslados, durante la semana estoy en Castelli y después regreso a Quitilipi, una localidad a 2 horas de la ciudad (exactamente a 140 kilómetros, yendo hacia Resistencia) donde tengo mi familia y tengo que manejar ese tema también. Pero amo estar acá porque amo Chaco, mi provincia.

Nicolás Bona. Aparte de ser creativos, tenemos que estar dispuestos a hacer otras actividades que nada tienen que ver con nuestra profesión, con nuestro ejercicio médico, acompañando a las personas en otros temas. Entonces hay que estar dispuesto a ampliar tus actividades, más allá de tu carrera.

¿Cómo trabajan con los agentes sanitarios, sobre todo para llegar a las comunidades originarias?

Soledad Altamiranda. Los agentes están en el centro de salud y cumplen el mismo horario que nosotros. Son los que conocen a la comunidad: si tenemos algún paciente bajo tratamiento y por algún motivo se fue, ellos vienen y nos avisan. Más que nada nos ayudan cuando surgen dificultades en el tema de la comunicación y nos traducen, porque gran parte de nuestros pacientes son de la comunidad qom y no todos hablan castellano. Además nos comentan sobre su cultura y costumbres. Nos orientan y nos dan una mano para poder entendernos lo mejor posible.

Nicolás Bona. Son personas que son referentes de la comunidad, nacieron y crecieron en el barrio. Los pacientes los conocen y saben que ante cualquier eventualidad de salud, pueden acceder a ellos.

¿Cómo mejoraron la cadena de atención de las personas con VIH?

Nicolás Bona. Eso fue un gran logro de la residencia.  Antes, para poder hacerse una extracción de sangre para los estudios semestrales de carga viral, las personas que viven con VIH debían viajar hasta las ciudades de Resistencia o Saenz Peña, que quedan a tres horas de acá. Y para las personas que viven en localidades como Sausalito, Pompeya Miraflores, que quedan a 3, 4 o 5 horas de Juan José Castelli, podía representar días de viaje. Eso dificultaba mucho el seguimiento, porque los costos para viajar a grandes ciudades son altos y no siempre las personas tenían los recursos. Nos parecía ilógico que hubiera que trasladar a una persona para hacerle una extracción de sangre cuando bien podría hacerse en su localidad y derivarse la muestra. Entonces tensionando a todos los niveles, en el Ministerio de Salud, con la dirección de laboratorios, con el jefe de servicios de laboratorios de la región logramos que se puedan hacer las capacitaciones correspondientes y que hoy en día las extracciones de sangre de las personas que conviven con VIH se puedan realizar en su localidad y enviarse la muestra para poder procesarse en laboratorios más especializados. Para nosotros fue un gran logro que mejora la condición de salud de esta población, porque esa medida les permite tener un control de su status serológico como es debido.

¿Qué recompensas o satisfacciones personales y profesionales encontró usted en ejercer la medicina en el impenetrable?

Augusto Alcaraz. La satisfacción es el agradecimiento. En el caso mío me gratifica mucho en el desempeño de la actividad como médico.

Soledad Altamiranda. Es darte cuenta de que en un lugar “invisible”, lo mínimo que estés haciendo significa un montón de ayuda para gente que lo necesita en demasía. Quizá para vos es algo que no requiere demasiado y para ellos es mucho. El agradecimiento que viene del paciente te llena. Valoran el que les preguntes como te llamás, pequeñas cositas, actitudes.

Nicolás Bona. A mí lo que más me gratifica y moviliza es que pequeñas acciones pueden significar mucho acá. Es un espacio donde existen necesidades y faltan cosas, pero todo es posible de ser hecho; solo hay que tener las energías para movilizar a los actores y las actoras necesarias y así llevar a cabo las actividades. Eso es lo que más me empuja de esta región de Chaco, hay mucho por hacer y lo que quieras hacer para mejorar la salud de la población, podés llegar a concretarlo.

¿Algún mensaje que quieran agregar?

Nicolás Bona. Que las residencias están para romper estructuras demasiado rígidas y para cuestionar desde lo positivo, desde el amor. Estamos para romper ese sistema de salud que a veces se oxida, se queda quieto y queda duro. La idea es movilizarlo y traer cosas buenas. Es positivo que se pueda sumar más gente a todas las residencias de todos los lugares del país para ese fin.


*Dres. Nicolás Bona, Soledad Altamiranda, Augusto Alcaraz. Integrantes de la Residencia de Medicina General del Impenetrable Chaqueño, Provincia de Chaco, Argentina.


IntraMed lo invita a ser parte
del ciclo INVISIBLES

Si usted es o conoce a algún profesional de la salud que atienda en zonas remotas o se especialice en enfermedades desatendidas, puede escribirnos a crabud@intramed.net