Escepticemia por Gonzalo Casino

Restaurar ensayos

Sobre la visibilización y el reanálisis de los datos de la investigación clínica

Autor/a: Gonzalo Casino

Los ensayos clínicos aleatorizados se consideran el patrón oro o de referencia en la investigación clínica. Esto es así porque, si han sido bien diseñados, ejecutados y comunicados sus resultados, estos estudios aportan las evidencias más fiables sobre los efectos de los tratamientos. Lo que ocurre es que no es oro todo lo que reluce como ensayo clínico. Además de deficiencias en su diseño y ejecución, no son infrecuentes dos graves problemas en la comunicación de resultados: la alteración de datos y su ocultación.

La ocultación de los hallazgos de un ensayo es quizá el problema más conocido. Son miles los ensayos realizados cuyos resultados no se conocen porque no han sido todavía publicados (algunos ni siquiera fueron registrados). Este sesgo de publicación no solo supone una alteración del conocimiento, en la medida en que los datos ocultos alteran la síntesis de la evidencia. Además, implica la toma de decisiones equivocadas y la duplicación innecesaria de estudios.

Algunas organizaciones internacionales, en particular All Trials y Transparimed, llevan años abogando para que todos los ensayos realizados se acaben publicando, y evitar así los perjuicios que la evidencia sesgada por este problema causa a los pacientes. Gracias al empeño de estas organizaciones y a la creciente concienciación de promotores e investigadores, se han dado algunos pasos en los últimos años, pero queda mucho camino por recorrer para la visibilización de todos los ensayos.

La alteración de los resultados de la investigación clínica es un problema tanto o más preocupante. Igual que ocurre con la ocultación de ensayos clínicos, la tergiversación de sus resultados también conduce a conclusiones erróneas que pueden implicar distorsiones en la toma de decisiones sobre tratamientos y daños evitables a los pacientes. Sin embargo, la detección de estas manipulaciones suele ser más difícil de descubrir y solucionar, ya que generalmente obliga a revisar la extensa documentación de un ensayo y reanalizar sus datos.

El reanálisis o restauración de los datos de un ensayo es un procedimiento todavía infrecuente y relativamente novedoso. Está promovido principalmente por la iniciativa internacional RIAT (Restoring Invisible and Abandoned Trials), que ha desarrollado una metodología para ayudar a los investigadores de todo el mundo a restaurar ensayos clínicos cuando hay sospechas de discrepancias entre los datos publicados y los presentados a las autoridades reguladoras, no se ha informado de algunos daños asociados al tratamiento, o existen diferencias no bien explicadas entre el protocolo del ensayo y la publicación final, entre otras posibles alteraciones.

La iniciativa RIAT ha contribuido a restaurar algunos grandes y bien conocidos ensayos, como el estudio FOURIER sobre el hipolipemiante evolocumab, publicado en el New England Journal of Medicine en 2017. La reciente restauración de este ensayo, realizada con la colaboración de investigadores del Servicio Navarro de Salud y publicada en la revista BMJ Open en diciembre de 2022, ha mostrado discrepancias en las causas de muerte difundidas en el NEJM y las recogidas en el informe final del ensayo (Clinical Study Report o CSR) presentado a las autoridades reguladoras. Por ello, aunque la restauración es todavía parcial, sus autores aconsejan prudencia en la prescripción de este medicamento.

Restaurar un ensayo es una tarea generalmente laboriosa, incierta y poco atractiva para muchos investigadores. Para fomentarla, la iniciativa RIAT ha lanzado una campaña de notificación y publicación en revistas académicas de cartas de “expresión de preocupación” (Expression of Concern) sobre deficiencias en ensayos clínicos. Estas cartas son solo el primer paso para corregir errores en ensayos concretos, pero podrían aumentar la concienciación sobre un grave problema que apenas empieza a ser conocido y abordado.


El autor: Gonzalo Casino es licenciado y doctor en Medicina. Trabaja como investigador y profesor de periodismo científico en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.