Revisión de datos de más de 25 estudios

Trabajar muchas horas incrementa el riesgo de ACV

La falta de ejercicio, el estrés y unas tasas más altas de consumo de alcohol podrían tener la culpa

Fuente: Medlineplus

Robert Preidt

Millones de trabajadores que hacen muchas horas extras podrían estar aumentando sus probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV), según un estudio reciente.

"Trabajar muchas horas se asocia con un aumento significativo en el riesgo de ACV, y quizá también de enfermedad cardiaca coronaria", señaló en un comunicado de prensa de la revista The Lancet el autor del estudio, Mika Kivimaki, profesor de epidemiología del Colegio Universitario de Londres. La revista publicó los hallazgos el 19 de agosto.

El estudio no pudo probar causalidad, pero un experto dijo que los trabajadores agobiados de hoy en día deben buscar formas de reducir el riesgo.

"Moraleja para todos los trabajadores que trabajan muchas horas: saquen el tiempo para la actividad física, asegúrense de tener una dieta adecuada, tengan cuidado con el consumo de alcohol y asegúrense de tener unos buenos hábitos de sueño", comentó el Dr. Paul Wright, presidente de neurología del Hospital de la Universidad de North Shore en Manhasset, Nueva York.

"Si no se siente bien o si algo parece andar mal, vaya al médico", añadió.

En el estudio, el equipo de Kivimaki observó datos de 25 estudios que incluyeron a más de 600,000 hombres y mujeres de Estados Unidos, Europa y Australia. Se dio un seguimiento a los resultados de salud de los participantes durante un promedio de 8.5 años.

En ese estudio, las personas que trabajaban 55 horas o más por semana tenían un 13 por ciento más de probabilidades de contraer una enfermedad cardiaca que las que trabajaban el estándar, que es de 35 a 40 horas por semana.

Un segundo análisis de datos de 17 estudios incluyó a casi 529,000 hombres y mujeres a quienes se siguió durante un promedio de más de siete años. Encontró que los que trabajaban 55 horas o más por semana tenían un tercio más de probabilidades de sufrir un ACV que los que trabajaban la cantidad estándar de horas.

Y mientras más horas trabajaba la gente, mayor era su riesgo de ACV, encontró el estudio. En comparación con los que trabajaban la cantidad estándar de horas por semana, el riesgo de ACV era un 10 por ciento más alto entre los que trabajaban de 41 a 48 horas, y un 27 por ciento más alto entre los que trabajaban de 49 a 54 horas.

¿Por qué podría un horario más prolongado en la fábrica, la tienda o la oficina afectar a la salud? Los autores del estudio dijeron que varios factores (la inactividad física, unas tasas más altas de consumo de alcohol y unos niveles más altos de estrés) podrían tener la culpa.

Wright reconoció que una solución (simplemente trabajar menos) no siempre está al alcance del empleado.

"Muchos individuos quizá no puedan reducir su horario laboral", dijo, así que "debemos comenzar a cambiar la mentalidad de la sociedad y educar al público sobre el hecho de que la actividad física debe formar parte de la ecuación para un envejecimiento exitoso y la prevención de la enfermedad".

Además, el estudio encontró que "las personas con unos horarios amplios tendían a no hacerse chequeos médicos", anotó Wright. "Ahora que [algunas] compañías promueven unos programas de salud, con algo de suerte esto cambiará".

El Dr. Stephan Mayer, director de atención neurocrítica del Sistema de Salud Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, afirmó que le "sorprendió" la magnitud del efecto observado en este estudio.

"El riesgo es casi igual de malo que fumar, que aumenta el riesgo de ACV en alrededor de un 50 por ciento", comentó. "Aunque no lo sabemos con certeza, para mí la explicación más plausible es el desencadenamiento crónico del estrés que conlleva trabajar muchas horas, la presión para rendir y no tener tiempo suficiente para la familia, los seres queridos y el descanso en calma".

Mayer cree que los hallazgos son "más evidencias de que como individuos debemos estar conscientes y tomar responsabilidad del equilibrio entre el trabajo y la vida".


FUENTES: Paul Wright, M.D., chairman of neurology, North Shore University Hospital, Manhasset, N.Y., and Long Island Jewish Medical Center, New Hyde Park, N.Y; Stephan Mayer, M.D, director, neurocritical care, Mount Sinai Health System, and professor of neurology and neurosurgery, Icahn School of Medicine at Mount Sinai, New York City; The Lancet