Estudio argentino (INECO)

Investigación científica sobre el paco

Con aporte platense encaran un estudio científico sobre el paco. Será financiado por la Fundación Florencio Pérez y lo llevará a cabo el instituto que dirige Facundo Manes

Autor/a: El Día / www.facundomanes.com

¿Qué secuelas provoca el paco en el cerebro de los adolescentes?

¿Cuál es la forma más eficaz de encarar un tratamiento en un joven afectado por el consumo de esa droga?

 
Las respuestas a estas preguntas no se conocen. Y son las que se buscan con un trabajo inédito en el país que realizará, con el financiamiento de la Fundación Florencio Pérez, el equipo de investigadores que dirige el prestigioso neurocientífico Facundo Manes.
 La Fundación Florencio Pérez acaba de firmar un convenio con la Fundación que dirige Manes, INECO, con el objetivo de desarrollar un trabajo de investigación sobre las secuelas cerebrales y neuronales del consumo de “Paco” entre jóvenes y adolescentes.
 
La Fundación Florencio Pérez -que desarrolla acciones y programas que contribuyen a la lucha contra las adicciones- financiará el trabajo científico que, de acuerdo con los objetivos acordados, permitirá tener un diagnóstico único en el país sobre los efectos del consumo crónico de Paco. Ese aporte resultaría un pilar fundamental para el diseño de tratamientos efectivos en jóvenes que han desarrollado esta adicción.
 El titular de la Fundación Florencio Pérez y director de EL DIA, Raúl Kraiselburd, firmó con el doctor Manes el convenio que establece el marco y los objetivos para el trabajo científico que ahora se empezará a desarrollar.
 
Fundamentos
 
En el convenio se destaca que la pasta base de cocaína (popularmente conocida como Paco) es uno de los productos intermediarios del proceso de extracción del alcaloide cocaína de la hoja de coca. Su consumo se instala en el mercado de las sustancias ilegales en Argentina en el transcurso de la profunda crisis socioeconómica del año 2001. Es una droga de bajo costo y de fácil acceso, por lo que su consumo se ha concentrado en zonas de mayor vulnerabilidad social. El inicio del consumo se da, en promedio, a los 16 años y se ha informado que el 60% de los sujetos que han experimentado con esta droga ha desarrollado algún grado de dependencia o uso problemático. Se estima que en Argentina se consumen 400 mil dosis de paco por día. Y según las cifras del SEDRONAR, su consumo creció en los últimos años un 200%.
 
Vacío científico
 
En las consideraciones sobre el trabajo que se va a encarar, se destaca que dada la gran toxicidad del paco (mucho mayor que la de la cocaína) y el inicio temprano de su consumo, se cree que esta droga genera daños severos en las regiones subcorticales y frontales del cerebro, impactando en múltiples funciones cognitivas y sociales. No existen al día de hoy estrategias terapéuticas específicas y efectivas, en gran medida debido a la casi completa ausencia de estudios clínicos y preclínicos sobre sus mecanismos de acción y efectos. Determinar esos mecanismos es uno de los objetivos del trabajo encargado por la Fundación Florencio Pérez.

 El trabajo apunta a llenar una suerte de vacío científico que permita avanzar de un modo más eficaz en la batalla contra el paco. Hasta ahora -según se destaca en el convenio- no existe un estudio que haya caracterizado el perfil psiquiátrico ni neurobiológico de los usuarios de paco. Ningún estudio ha explorado los correlatos cerebrales vinculados a tareas cognitivas y de regulación emocional en estos consumidores; menos aún se conocen los efectos del consumo crónico de paco durante la adolescencia. Tampoco se han estudiado los posibles mecanismos epigenéticos (la epigenética estudia cómo la experiencia modifica la expresión genética) asociados a remodelaciones funcionales y estructurales del cerebro inducidos por el uso abusivo de esta droga.
 
Objetivos:
 
A través de distintas técnicas y estrategias metodológicas, el trabajo apunta a caracterizar los efectos epigenéticos, clínicos, cognitivos, neurofisiológicos y estructurales del consumo crónico de paco durante la adolescencia.
Se destaca en el convenio que el consumo de esta droga no existe en Europa ni en Estados Unidos, por lo que la tarea de su investigación, prevención y tratamiento recae exclusivamente sobre la comunidad académica y científica de Argentina y el resto de Latinoamérica.

 Por otra parte, en el convenio se señala que en función de la creciente incidencia del consumo de paco, y su alto costo asociado para el sistema de salud, el desarrollo de herramientas diagnósticas y biomarcadores que puedan detectar de forma temprana y precisa estas patologías, constituye uno de los desafíos más importantes de las neurociencias, en particular en el área de la neurociencia cognitiva.
 La Fundación dirigida por Manes sostiene, a su vez, que el resultado de este trabajo no sólo tendrá un alcance nacional, sino que beneficiará a la comunidad internacional. “Además del aporte de investigadores extranjeros, se realizará un ciclo de conferencias internacionales a fin de abrir un espacio de divulgación y apropiación social de la ciencia, respecto a dicho impacto en la sociedad”.
 El trabajo empezará a desarrollarse ahora y demandará varios meses de investigación de campo y académica.