Suelen ser imprecisas

Cardiólogos exigen mejores estadísticas de angioplastias coronarias

Cada año, en Estados Unidos se realizan unas 500.000 angioplastias.

Por Andrew M. Seaman NUEVA YORK (Reuters Health)
 
Un estudio revela que las estadísticas públicas de la evolución de los pacientes después de una intervención cardíaca común suelen ser imprecisas.
 
La proporción de pacientes que mueren dentro de los 30 días posteriores a un procedimiento médico se utiliza para determinar la efectividad del tratamiento o de la calidad hospitalaria o de los profesionales.
 
Tras analizar miles de historias clínicas de un hospital de Estados Unidos, los autores hallaron que menos de la mitad de las muertes posteriores a una intervención coronaria percutánea (ICP) o angioplastia coronaria estaban asociadas con el procedimiento.
 
Eso es mucho menos que la mortalidad que se le suele atribuir a la cirugía, en la que se eliminan las obstrucciones arteriales y se coloca una dispositivo de malla llamado stent para mantener el vaso abierto.
 
"Esto muestra que (con) la complejidad clínica de la medicina es duro contar con una política que se aplique a todos", dijo la doctora Karen Joynt, cardióloga del Hospital de Brigham y las Mujeres, Boston.
 
Cada año, en Estados Unidos se realizan unas 500.000 angioplastias. A menudo, se utilizan en casos de emergencia, como para controlar un infarto causado por la obstrucción de un vaso sanguíneo.
 
El estado de Nueva York publicó las primeras cifras de mortalidad después de una ICP en sus hospitales en 1991. Le siguieron Massachusetts y Pensilvania.
 
El equipo de Mehdi Shishehbor, de la Clínica de Cleveland, utilizó historias clínicas de para determinar cuántas muertes podrían atribuirse a las ICP en 4078 angioplastias coronarias realizadas entre enero del 2009 y abril del 2011 en un hospital de Estados Unidos. Los autores identificaron 81 muertes dentro de los 30 días posteriores a la intervención o 2 por ciento de los pacientes intervenidos.
 
El 60 por ciento (47) de esos 81 pacientes habían fallecido por causas cardíacas, pero sólo el 42 por ciento (34) de esas muertes se debieron a una complicación de la cirugía.
 
Muchos de esos decesos ocurrieron en pacientes muy enfermos al llegar al hospital y que habrían fallecido con o sin la ICP, según publica el equipo en Journal of the American College of Cardiology.
 
El 58 por ciento de los pacientes que murieron había llegado al hospital con un paro cardíaco, en estado de choque cardiogénico o con el tipo más letal del infarto. Pero Joynt dijo que la ICP en esos pacientes les aumentó la posibilidad de sobrevivir, aunque finalmente murieron. "Ese es el tipo de sobreutilización (de la ICP) que estaríamos dispuestos a aceptar en muchos casos", indicó.
 
Aun así, investigaciones de Joynt habían sugerido que los hospitales evitan utilizar el procedimiento en los pacientes más enfermos cuando sus estados empiezan a publicar las cifras de la mortalidad a 30 días. En el 2012, su equipo halló que los hospitales de Massachusetts, Nueva York y Pensilvania habían realizado menos IPC, en especial en los pacientes más enfermos.
 
"La publicación de las estadísticas es una medida positiva y debe hacerse, pero si se hace incorrectamente tiene muchas consecuencias, como privar a los pacientes de un tratamiento", dijo el doctor Duane Pinto, jefe de cardiología intervencionista del Centro Médico Diaconisa Beth Israel de Boston y autor de un editorial sobre el estudio. "Debemos reconocer y adaptarnos a las consecuencias no intencionales de la publicación de la información y resolverlas al identificarlas", finalizó Pinto.
 
FUENTE: Journal of the American College of Cardiology