El 31 por ciento recibió un tratamiento equivocado

La mitad de los que padecen trastorno bipolar no lo sabe

Ocurre porque un paciente puede pasar casi 10 años con síntomas antes del diagnóstico.

Fuente: Clarin.com

La bipolaridad existe desde el comienzo de los tiempos, pero se habla más de ella desde hace unos 20 años. Sin embargo, es poco aún lo que se conoce. Y quizás la prueba más irrefutable de ese desconocimiento sea que la mitad de las personas que padecen trastorno bipolar no lo saben.

El 49 por ciento de los enfermos no está diagnosticado y el 31 por ciento recibió un tratamiento equivocado , son las conclusiones más importantes que se discutieron en el seminario en Ibiza, sobre trastorno bipolar. El encuentro fue caratulado como “El desgobierno de la mente” y sirvió como marco para debatir sobre informes que muestran la escasez de datos clave sobre este el tema: el 34 por ciento de los pacientes viven casi diez años con síntomas de la enfermedad antes de que se pueda determinar con exactitud lo que padecen .

Carlos Vinacour es el presidente de Fubipa (Fundación Bipolares de Argentina) y quien explica porqué resulta tan difícil llegar a un diagnóstico: “El problema es que se piensa a la bipolaridad en términos muy simples, con grandes picos de manía y grandes picos de depresión, pero esto es una excepción, en la práctica no se da”.

El trastorno bipolar afecta al 4,4 por ciento de la población. Es una enfermedad de origen genético que produce un desorden bioquímico que altera el funcionamiento de los neurotransmisores. El tratamiento correcto incluye psicofármacos y terapia ya que el 40 por ciento de los enfermos sufre una recaída en el primer año. Como contrapartida, con la asistencia correcta la recuperación es alta.

“El trastorno bipolar aparece dentro de un abanico de depresión y manía. Las alteraciones entre una y otra no siempre son claras y ocurre que muchas veces una se hace más evidente que la otra, entonces, es cuando se producen los malos diagnósticos”, explica Pedro Horvat, especialista en psiquiatría y psicoanálisis y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

Pero además de los problemas propios, el trastorno bipolar transita en paralelo con otras enfermedades y puede llegar a reducir la esperanza de vida entre 13 y 30 años . Los enfermos son más propensos a contraer algún tipo de cáncer, sufrir enfermedades cardíacas, hacer un ACV o desarrollar obesidad mórbida. Las tasas de suicidios también son altas, lo mismo que las de pacientes adictos. No ha variado a lo largo de los años el porcentaje de enfermos, lo que sí cambió es la forma en que la palabra bipolar se instaló en el imaginario colectivo. Antes podía tener connotaciones despectivas. Ahora, no.


“Me propuse no dejarme vencer por la enfermedad”

Hace cuatro años, Sandra encontró la explicación a esa mirada extraña con que sentía que la miraban. “Trastorno bipolar”, le dijeron y el mundo se le vino abajo. Había antecedentes en su familia. Su madre también lo había padecido y su vida, recuerda, había sido un calvario.

Pero Sandra se propuso que a ella la enfermedad no le iba a ganar. Hoy, a los 49 años, su vida no sólo es como la de cualquier persona, sino que además refleja una vitalidad que da envidia. Está a punto de recibirse de licenciada en educación física, se convirtió en una de las coordinadoras de Fubipa y abrió una sede de la fundación en Banfield, provincia de Buenos Aires. Su apoyo incondicional son sus dos hijos de 22 y 24 años. “El entorno es imprescindible, la familia, los amigos, las personas que uno quiere porque uno no puede hacerse cargo de lo que le está pasando”.

Sandra relata que se dio cuenta de que algo no estaba bien por la forma en que la miraban. “La mirada del otro te sirve para darte cuenta de la situación. Cuando entrás en manía, vas subiendo, vas subiendo y cuesta aceptar que no sabés lo que te pasa. La depresión es más fácil de entender, porque te quedás tirado. Por eso, la gente que te rodea es un termómetro muy importante, necesitás que alguien te diga cómo te ve y hasta por dónde ir”.

Con el tratamiento médico, Sandra recuperó el control de su vida. Y ahora se siente mejor. Empezó –dice– a “buscar esa nueva personalidad” con la que tenía que vivir.

¿La bipolaridad puede ser un don?

No todos los que padecen este trastorno son talentosos. Pero sí hay varios genios que fueron bipolares. ¿Habrá alguna relación? En su libro La bipolaridad como don, el psicoanalista Eduardo Grecco señala como virtud el oscilar de un estado afectivo a otro. Y afirma, además, que el bipolar tiene el don de la creatividad y que precisa afirmar ese talento para alcanzar la salud. Algunos ejemplos: Hermann Hesse, Charles Dickens, Emile Zola, Virginia Woolf, Edgar Allan Poe y Victor Hugo.