Estudio en cuatro países de medianos y bajos ingresos

Los altos costos del infarto en el país

Altera la economía familiar en tan solo meses después de salir del hospital.

Fuente: La Nación

Por Fabiola Czubaj  | LA NACION

Tener un infarto no es algo que nos podamos permitir así nomás por falta de prevención, en especial en épocas de crisis. Además de reducir la calidad de vida, aun cuando no hayan quedado secuelas evidentes, altera la economía familiar en tan solo meses después de salir del hospital.

Un estudio en cuatro países de medianos y bajos ingresos, incluida la Argentina, revela que las complicaciones de la enfermedad cardiovascular asociada con la aterosclerosis obligan a siete de cada diez pacientes a trabajar menos horas. Y más de la mitad ve reducido su ingreso mensual, incluso aquellos con salarios más altos.

"Estamos hablando de entre 403 y 1860 pesos, para los niveles de ingresos más bajos y más altos. En una familia con pocos recursos, dejar de contar con 400 pesos es mucho", señaló el doctor Andrés Pichon-Rivière, director del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) y coautor de la investigación publicada en PlosOne .

Durante los 15 meses posteriores al alta médica, que fue lo que duró el estudio, del 7 al 13% de los pacientes argentinos no pudo comprar los medicamentos necesarios. Esto prueba que la prevención es clave y, como resumió el otro coautor argentino, también del IECS, "la enfermedad cardiovascular afecta seriamente la economía tanto en forma directa como indirecta", porque reduce la productividad de la población activa.

"Produce un impacto que va mucho más allá de lo físico. Es uno del que nunca se habla ni se ve: el daño que produce la enfermedad en el nivel familiar, económico y social del paciente. Algo así como un cono de sombra que afecta su entorno y cuyas consecuencias pueden ser, por ejemplo, que los hijos tengan que abandonar el colegio para ir a trabajar, que una ama de casa necesite salir a buscar empleo o que la familia tenga que vender una casa o un terreno para afrontar gastos. Es un problema grave, pero no sólo desde lo médico", sostuvo Pichon-Rivière.

En el estudio participaron más de 20 investigadores de China, la India, Tanzania y la Argentina. Analizaron las respuestas de 1657 pacientes, de entre 25 y 70 años, que acababan de estar internados en hospitales públicos o privados, con cobertura o sin ella, por síndrome coronario agudo, accidente cerebrovascular (ACV), enfermedad vascular periférica o insuficiencia cardíaca aguda.

La internación de los 367 pacientes tratados en La Plata, Mar del Plata y la ciudad de Buenos Aires había durado una semana en promedio, comparado con 12 días en China, por ejemplo. Aunque la muestra local fue pequeña, representa "muy bien" la pirámide de ingresos del país.

La aparición de la enfermedad cardiovascular se adelanta de 10 a 15 años en los países en desarrollo. Y "lo mismo sucede con el resto de las enfermedades crónicas", dijo Pichon-Rivière, profesor de Salud Pública de la UBA y vicepresidente del grupo de investigación de la Federación Mundial del Corazón.

Aquí, la enfermedad cardiovascular causa el 34,2% de las muertes y el 12,6% de las discapacidades. El año pasado, otro estudio del IECS mostró que el costo anual de las hospitalizaciones por infarto, angina inestable o ACV es de unos 1600 millones de pesos. "La Argentina siempre tuvo una cobertura alta y amplia, pero a costa de ser ineficiente: se puede acceder a la diálisis o al trasplante renal. Pero, por ejemplo, no se controla la presión o el colesterol. Gastamos mucho, pero mal", agregó.

El informe, de acceso gratuito en www.plosone.org , muestra también que el 5% de las familias con bajos ingresos y el 20% de las familias más acomodadas afrontan un "gasto catastrófico" después de una emergencia cardíaca en la familia: necesitan usar el 40% de los gastos del hogar no destinados a la comida para atender las secuelas. Y no tener cobertura médica cuadruplica el riesgo de tener que afrontar ese gasto, aunque los autores aclaran que la cobertura por sí sola no protege de ese riesgo.