Estudio en 'Nature Genetics'

Los genes de la meningitis

Hallan variantes genéticas que afectan a la evolución de la enfermedad. Algunos niños mueren en horas mientras que a otros apenas les afecta. La infección se comporta como una epidemia en el África subsahariana.

Ángel Díaz | Madrid

Las enfermedades provocadas por meningococos, como la meningitis o la sepsis, son la mayor causa de mortalidad infantil por infección en los países civilizados. Pero los expertos no saben por qué algunos pacientes, sobre todo niños, mueren en pocas horas mientras que otros no llegan ni siquiera a enfermar. Un equipo internacional de investigadores, con importante presencia española, acaba de descubrir algunas de las variables genéticas que influyen en el modo en que la enfermedad ataca a cada paciente.

Los responsables de que el meningococo evolucione de forma muy distinta son dos grupos de genes relacionados con el denominado factor H del sistema del Complemento, un conjunto de proteínas que desempeña un papel importante en el sistema inmune y facilita la respuesta ante agresiones infecciosas. Los investigadores, que ahora quieren buscar otras variables implicadas y profundizar en la relación entre genética y entorno, esperan que su hallazgo ayude en el desarrollo de nuevos tratamientos y de un método eficaz de inmunización contra la meningitis b, para la cual aún no hay vacuna.

El estudio, publicado en 'Nature Genetics', analizó marcadores genéticos de 475 pacientes del Reino Unido que habían sufrido la enfermedad. Después se validaron los resultados con otros 553 casos de Europa central (Austria, Alemania y Suiza) y 415 de España. Los científicos ya sabían que el meningococo ('Neisseria meningitidis'), una bacteria que infecta la garganta por contagio a través de saliva o estornudos, es capaz de 'secuestrar' al Complemento para protegerse de las reacciones inmunológicas. Ahora, tras comparar el ADN de los pacientes con el de cientos de voluntarios sanos, se han determinado las variables relacionadas con este sistema y que provocan una mayor o menor susceptibilidad a la enfermedad.

Las infecciones por meningococo derivan en diversos cuadros médicos. Además de meningitis o sepsis, que son los más frecuentes, pueden provocar artritis, neumonía, pericarditis y otros. La meningitis, o inflamación de unas membranas llamadas meninges que cubren el sistema nervioso, puede deberse a la infección por bacterias u otras causas, aunque la más peligrosa y común en niños es la meningocócica.

"Nosotros creíamos que la causa estaba en los genes del huésped, y que esta enfermedad era algo más que una infección, y ahora lo hemos demostrado", señala a ELMUNDO.es Federico Martinón, pediatra del Hospital Clínico Universitario de Santiago y coordinador de la Red Nacional de Estudio sobre la Enfermedad Meningocócica (Esigem), que participa en el consorcio internacional que ha publicado el estudio. "Esto es importante", añade el investigador, "nos confirma que las nuevas vacunas que se están desarrollando frente al meningococo b, el subtipo que ocasiona más del 80% de los casos en nuestro país, van en la dirección correcta".

Variedad étnica

Los resultados del estudio, el primero que publica el consorcio 'Meningococcal Genetics', también explican por qué la enfermedad, muy extendida en las regiones subsaharianas, parece atacar más a algunas etnias que a otras. "Hemos encontrado una explicación genética al 'cinturón de la meningitis' [franja geográfica donde la enfermedad tiene mayor incidencia]. Existe una variante genética protectora de la enfermedad meningocócica, y curiosamente, esta variante es muy común en Japón y China (hasta el 50% la poseen), donde la enfermedad es muy poco frecuente. Y, sin embargo, es muy rara en África (menos del 3% de los africanos la poseen), donde la enfermedad se comporta de forma epidémica", aclara Martinón.

Los investigadores aseguran que tienen muchos otros trabajos 'en el horno' sobre la infección, uno de los cuales analizará específicamente las muestras españolas. En este sentido, remarcan la colaboración recibida por parte de pacientes y familiares. “Incluso cuando no pudimos salvar a sus hijos y sabían que los resultados de este proyecto nunca les beneficiarían", agradece Martinón.

"Entre los retos que nos planteamos está el estudio de nuevas variantes genéticas implicadas en la enfermedad meningocócica, de distinta naturaleza biológica a las estudiadas hasta el momento", comenta el doctor Antonio Salas, genetista de la Universidad de Santiago. "O también intentar resolver alguno de los grandes complejos de interacción que podrían existir en el genoma humano -interacción entre variantes genéticas, o entre variantes genéticas y factores ambientales- y que pueden representar un papel importante en el proceso infeccioso o el curso de la enfermedad".

También con la tuberculosis

En el mismo número de 'Nature Genetics', otro equipo internacional ha publicado una investigación similar a la del meningococo, pero centrado en una de las infecciones más extendidas en el mundo: la tuberculosis. Se trata también de un estudio de asociación genética, que los especialistas conocen por sus siglas en inglés: GWA (Genome Wide Association). Estos trabajos están proliferando en los últimos años gracias a los avances en genética, genómica y demás disciplinas relacionadas.

La investigación de la tuberculosis, dirigida por científicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y el Instituto Bernhard Nocht de Medicina Tropical de Hamburgo (Alemania), ha sido la primera en usar un estudio GWA en la población africana, donde la diversidad genética es muy alta.

Básicamente, y al igual que en el estudio del meningococo, el método consiste en comparar cientos de miles de marcadores genéticos hallados en pacientes con los de voluntarios sanos, en busca de diferencias significativas que permitan establecer una predisposición a la enfermedad. Hasta el momento, se han realizado unos 150 estudios GWA, pero casi todos se habían limitado a la población europea. De hecho, existían ciertas dudas, ahora disipadas, sobre si los resultados serían útiles en la población africana.

Tras estudiar más de 3.000 casos de tuberculosis, el estudio ha encontrado una variable genética, localizada en una región aparentemente inútil del genoma (lo que se denomina 'ADN basura'), que afecta significativamente a la susceptibilidad hacia la 'Mycobacterium tuberculosis', el microbio causante de la enfermedad.