Infecciones respiratorias

Identificación genética de nuevos virus

Virochip, prueba desarrollada por la Universidad de California en San Francisco, halló una cantidad inesperada en virus y subtipos virales en una pequeña muestra de participantes.

Una investigación que publica el "Journal of Infectious Diseases" ha hallado una cantidad inesperada de virus y de subtipos virales, algunos nuevos, en pacientes con infecciones del tracto respiratorio, tal como revelan científicos de varias universidades estadounidenses.

La novedosa técnica empleada para la detección de esos virus se llama Virochip y ha sido desarrollada por la Universidad de California en San Francisco. Se trata de un chip que analiza el ADN, utilizando para la detección las secuencias de todos los virus humanos, animales, vegetales y de microbios. El estudio es el primero que ha usado esta tecnología para investigar los virus asociados con las infecciones respiratorias en personas con y sin asma.

En la investigación participaron 53 pacientes asmáticos adultos y 30 personas adultas no asmáticas.

En comparación con métodos convencionales, como el cultivo y la PCR, el test Virochip funcionó correctamente a la hora de identificar patógenos víricos y demostró su alta especificidad y sensibilidad.

Pero además, identificó una nueva rama del árbol filogenético para los rhinovirus humanos. Esto demuestra, según los autores, que incluso con una muestra pequeña de participantes, la nueva tecnología es capaz de detectar nuevos virus que no pueden detectarse mediante cultivo.

La investigación ha detectado 30 especies conocidas de rhinovirus y encontró que sólo uno de cada dos coronavirus que se pensaban responsables del 15% de todos los resfriados que se producen en Estados Unidos son detectables en este grupo de estudio. En cambio, se describen dos nuevas cepas de coronavirus.

Los autores seguirán empleando Virochip para ampliar el conocimiento de estos agentes patógenos, dado que la amplitud y profundidad de la detección viral que permite la nueva tecnología son excelentes.

Journal of Infectious Diseases 2007;196:817-825