Tendencias

Dicen que los adolescentes beben menos alcohol pero se drogan más

Según Sedronar, los chicos de 13 a 17 años bajaron el consumo de cerveza y vino, y aumentaron el de marihuana, pasta base y cocaína. Advierten que es por "la pérdida de valores y la desintegración familiar".

Más droga y menos alcohol. No es un eslogan ni nada que se le parezca. Es la conclusión de un informe de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico de la Nación, que asegura que los chicos de 13 a 17 años bajaron el consumo de cerveza y vino, pero aumentaron el de marihuana, pasta base y cocaína.

El resultado del trabajo de Sedronar surgió tras analizar dos encuestas: una de 2001 y otra de 2005. Por la metodología usada (similar en ambos casos), los datos son absolutamente comparables, y de allí que desde la Secretaría aseguren que este trabajo es "el primer indicador de tendencia sobre el consumo de sustancias en esta población".

En la última encuesta participaron 62.700 alumnos de 585 escuelas de nivel medio de todo el país. Según el trabajo, el 48 por ciento de los chicos admitió haber consumido alcohol. La cifra es casi un 18 por ciento menor respecto de las respuestas dadas por los estudiantes en el 2001.

Con las drogas el panorama es bien diferente. Según la última encuesta, el 5,4 por ciento dijo que consumió marihuana, el 2,1 cocaína y el 1,4 pasta base. Los porcentajes podrían percibirse como bajos, pero muestran aumentos importantes en comparación con la encuesta hecha cinco años atrás. Los incrementos son del 67, el 120 y el 200 por ciento, respectivamente.

¿A qué se debe semejante aumento en el consumo de drogas? "Lo que pasa con la mari huana es que cada vez tiene mayor tolerancia social. Existe cierto criterio por parte de los padres por el cual piensan que si sus hijos fuman un porro no les pasa nada", dice a Clarín José Ramón Granero, titular de Sedronar.

Y agrega otros argumentos que abonan esta idea, como "los supuestos" efectos terapéuticos de la marihuana y la postura de ciertos políticos, que proponen legalizar su consumo. "De allí que exista la sensación de que se trata de una droga blanda".

Para Granero, el aumento del consumo de la pasta base se explica por el Paco o Basuco (la basura de la cocaína), que se vende a sólo un peso la dosis.

"De todas maneras, el trasfondo de este gran crecimiento tiene que ver con la pérdida de valores y la desintegración familiar, que atraviesan por igual a todas las clases sociales. Y sin embargo, la droga no es un tema que preocupe a la sociedad, que sí manifiesta estar preocupada por la inseguridad o el desempleo", opina el titular de Sedronar.

Con respecto al descenso del consumo de alcohol, desde la secretaría aclaran que "es posible que el descenso se relacione con las políticas tomadas en la provincia de Buenos Aires, donde se realizaron cientos de clausuras y se implantaron multas a quienes vendan alcohol a menores".

El estudio se hizo en conjunto con seis países (Uruguay, Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile y Perú). Estos últimos dos países no tienen sus resultados todavía, pero en comparación con los otros, el consumo de cocaína y pasta base de los chicos argentinos es el más alto. Sólo Colombia supera a los estudiantes locales en el consumo de marihuana.

Además de este trabajo, la Secretaría —a través del Observatorio Argentino de Drogas— también hizo el primer estudio sobre consumo en población universitaria de áreas metropolitanas, y los resultados indican que el 19,2 consumió marihuana alguna vez, el 3,1 cocaína y el 2,3 éxtasis.


Primero es "inquietud" y luego, una "rutina"

Su cuerpito es delgado y todavía no pegó el estirón. Su cara aún no conoce la afeitadora ni los granitos de la adolescencia, y aunque aparenta menos edad de la que tiene, Gastón, a sus 15 años, reconoce que el consumo de marihuana entre chicos de su misma edad ha aumentado. Pero también, dice, que se sigue tomando mucho alcohol.

"Fumarte un caño (cigarrillo de marihuana) con una birra helada te deja joya". Para Gastón, este hábito comenzó hace unos meses como una inquietud. "Vas a un recital y están fumando. Vas a bailar y el olor es inconfundible. O por los hermanos de tus amigos... Todos fuman, por eso es fácil de conseguirla", dice.

Para el chico, que está cursando la secundaria en una escuela privada, la marihuana es moneda corriente entre sus compañeros: "Veinte gramos de prensado (una 'piedra' de marihuana) te cuesta unos 50 pesos, de los que sacás unos 18 porros", explica Gastón, quien dice que consume los fines de sema nas; cuando está con sus amigos y antes de ir a bailar.

En cambio, Mariano, de 17 años, dice que sólo fuma cuando se queda tranqui en una casa. "El faso te palma, así que está bueno para ver una peli en casa o cuando jugás al PlayStation con amigos. Lo único que después te querés comer todo lo que haya en la heladera", advierte. Para Mariano, esta es una rutina de los fines de semana cuando los padres dejan la casa sola para ir al country y a ellos les pinta quedarse.

Pero cuando van a bailar, dice, prefieren no fumar marihuana, sino tomar "mucho" alcohol. "Por ahí ya no se tome tanta cerveza como antes, pero sí, champán o vodka mezclados con alguna bebida energizante. Mientras que los vinos espumantes, son los preferidos de las chicas". Mariano usa un término actual para describir esta moda: "Pre-dancing««1". Porque el consumo sigue en el boliche o en los pubs. Lo que no se sabe es cuándo termina.

Gonzalo Engel