Causas naturales: cómo nos matamos por vivir más

"Voy al médico cuando tengo un problema. Pero no voy a buscar problemas."

A la ensayista, activista y doctora en inmunología celular Barbara Ehrenreich (Butte, Montana, EEUU, 1941) le gusta ir a la contra, y hay un punto de regodeo en ello.

Autor/a: Paula Corroto

Fuente: El Confidencial, España

Cuando una gran mayoría de la gente defendía el pensamiento positivo —piensa mucho en algo y lo conseguirás—, ella publicó ‘Sonríe o muere: la trampa del pensamiento positivo’, donde criticaba lo que ella consideraba una engañifa. Ahora que la sociedad ha llenado sus armarios de ropa deportiva, que se ha matriculado en prácticas como el yoga o el 'mindfulness', lanza 'Causas naturales: cómo nos matamos por vivir más' (Turner), donde señala que todas estas prácticas son meros artículos de lujo que tampoco harán que vivas más si un día tus células deciden rebelarse contra ti.

De todo esto hablamos con ella por teléfono. Y no todo es tan negativo. Su máxima: aprovecha el tiempo y disfruta de unas buenas copas de vino.


Entrevista

PREGUNTA. En este libro continúa la teoría de su libro anterior. La tesis, a grandes rasgos, es que cuidar de uno mismo no garantiza que vaya a vivir mejor o más tiempo. Usted va contra la idea más común, la idea de que hay que cuidarse, hacer deporte, etc.


REPUESTA. Siempre voy a la contra y tengo curiosidad por conocer el origen de las ideas.

P. En el libro confiesa que ha dejado de ir al médico a hacerse chequeos periódicos. Hay gente que diría que es irresponsable.

R. Voy al médico cuando tengo un problema. Pero no voy al médico a buscar problemas. Si estoy bien, no hay razón para ir. La mayoría de mis sospechas sobre el valor de estos exámenes se han confirmado al hablar con médicos. Soy escéptica, me gusta investigar. Es muy fácil investigar un poco por ti mismo. Alguna vez he tenido la opción de hacer una prueba determinada, he buscado y he visto que había polémica respecto a su uso. Es bueno saber cuál es el debate en la profesión médica y qué opiniones hay ahí. Me ayuda, por supuesto, ser capaz de leer 'papers' científicos. Pero no es tan difícil descubrirlo. En Estados Unidos, la revisión física anual es una institución casi sagrada. ¿También en España?

P. Quizá no tanto.

R. En los setenta es cuando se debatió por primera vez. Y ahora está recomendado. No sirve de nada. La población que lo hace no vive más tiempo. ¿Por qué lo hacemos? Es un ritual sin interés.

Puedes pasar tus últimos años obsesionado por todas las cosas que pueden ir mal. O puedes vivir tu vida

P. ¿Estamos perdiendo la idea del 'carpe diem', no disfrutamos la vida, pensamos todo el tiempo que hay muchas cosas malas?

R. Es parte de lo que digo. Puedes pasar tus últimos años obsesionado por todas las cosas que pueden ir mal. O puedes vivir tu vida y hacer lo que te parece importante. Para mí, esta opción tiene más sentido.

P. ¿Por qué han triunfado estas ideas del 'mindfulness', del 'wellness', del gimnasio?

R. Yo voy al gimnasio. Me hace sentir bien. Aunque me he lesionado muchas veces, la verdad. Lo hago, pero no creo mucho en todo lo que se empaqueta bajo la rúbrica de 'wellness'. Envolverse el cuerpo en hojas de té, masajes, meditación… No me convence nada.

P. Pero a mucha gente sí. Y cada vez más.

R. Pues deberían mirar las pruebas. Cuando hablamos de meditación, de esas series de cinco minutos o uno. Lo que compras es una preparación, un entrenamiento. Pero no hay pruebas. Sería mejor para la salud dar un paseo, tomar un vaso de vino con amigos, todo tipo de cosas que te pueden sacar de un estado de ansiedad o exceso de trabajo.

P. ¿Es solo negocio?

R. Lo es en cierto modo. Mucha gente gana dinero con esto. Está, por ejemplo, el 'wellness' de los famosos. Gwyneth Paltrow es el caso más conocido. Aconsejan sobre lo que hay que comer, sobre cómo planear tu vida totalmente en torno a tu 'wellness'. Eso requiere tiempo completo y un montón de dinero. Cada vez que un gurú del bienestar en este país habla de una dieta que incluye perlas —no me preguntes cómo se cocinan o mastican—, estamos hablando de un aperitivo un poco caro. El 'wellness' se ha convertido en una moda de lujo.

P. Hay un componente de clase, explica en el libro. Por ejemplo, en España a menudo un tipo de gente va al gimnasio normal y otra hace yoga. Usted señala que ahí hay una diferencia social.

R. Estoy segura de que alguien podría hacer un estudio de eso también. El gimnasio normal trata de sudar, el yoga y el 'wellness' son autocomplacencia, darte caprichos. Sé que el yoga puede ser duro y todo eso. Pero son cosas que no te fuerzan, que no te hacen sudar.

El gimnasio normal trata de sudar, el yoga y el 'wellness' son autocomplacencia, darte caprichos

P. También culpamos a la gente cuando muere joven. Decimos que bebían o fumaban. O no hacían deporte. ¿Es una cosa religiosa?

R. Se remonta a las viejas ideas de que hay un pecado que te ha llevado a la muerte. Nos aferramos a ese concepto, pero ahora no lo llamamos pecado sino malas costumbres. Es como si creyéramos que cada muerte es en el fondo un suicidio porque la persona hizo algo mal. Recuerdo que cuando murió David Bowie había quien decía que había fumado, se hablaba de los malos hábitos y sus consecuencias. ¡Tenía 69 años! Me parece una edad razonable para morir.

P. Quizá pensamos que la muerte es vulgar: algo que pasa a los demás, algo que no es para nosotros. No aceptamos la muerte en estos tiempos.

R. No hablamos de la muerte. Escribimos libros sobre ella, es cierto. Pero no es algo de lo que hablemos mucho en las sociedades occidentales. Hace poco, fui al oculista y me dijo que en algún momento del futuro puedo necesitar una operación de cataratas. Le dije: con suerte estaré muerta para entonces. Me miró horrorizado y dijo: “No se va a morir”. Le dije: “Sí, voy a morirme. Y usted también”. Y parece que le ofendí. Ese fue el final de la conversación. Si todos vamos a morir, ¿por qué no podemos hablar de ello? Es extraño, especialmente a mi edad.

P. En todo esto usted habla de la victoria del yo. ¿Cómo podemos matar al yo y no pensar todo el tiempo en este tipo de cosas?

R. Una forma es la obvia para la mayoría de nosotros: vivir para los demás. Diseñar tu vida para hacer lo máximo para acabar con el dolor y el sufrimiento. Siempre ha tenido que ver con la pobreza. Sé que cuando muera habrá gente que hará el tipo de cosas que yo hago. Otros seguirán luchando por lo que me importa, la justicia económica.

P. Pero no es habitual, porque vivimos en una sociedad muy egoísta.

R. Lo que digo es la forma de salir del yo, no que sea fácil. Nuestra sociedad es muy individualista y eso hace que sea muy duro morir. Si crees que eres un acontecimiento absolutamente único en el universo, y tú lo eres y yo también, y todo termina contigo, entonces la muerte es trágica, durísima. Pero si ves que estas cosas continúan después, quizá no es algo tan grave.

P. Es difícil pensar así.

R. No digo que se pueda hacer automáticamente, pero si aceptas que las cosas siguen cuando no estás, es algo que está a nuestro alcance. Podemos decidir si nos gobiernan las necesidades de nuestro ego o nuestra vanidad o algo más grande.

Habrá unos multimillonarios inmortales narcisistas y los demás vivirán y morirán como de costumbre

P. ¿Cree que el negocio tiene que ver con nuestra relación con el ego? Empresas como las de Silicon Valley, por ejemplo, que ahora nos ofrecen todo tipo de 'apps' para medir nuestro pulso, los pasos que damos, las horas que dormimos...

R. Son un impulso de este narcisismo. No es la única razón. Pero es llamativo que tantos multimillonarios de Silicon Valley echen dinero en la búsqueda de la inmortalidad. Quieren vivir para siempre. Les deseo suerte. Pero sé de antemano que eso no va a ser para todos. Solo vale para los superricos. Habrá unos multimillonarios inmortales narcisistas y los demás vivirán y morirán como de costumbre.

P. Habla de las diferencias sociales en torno al 'wellness'. Trump no es un hombre que parezca ir al gimnasio, en cierto modo podría representar un rechazo a esos valores. ¿Hay una identificación entre los votantes de Trump y Trump en este sentido?

R. No estoy segura. Pero Trump representa el narcisismo absoluto.

P. ¿Qué espera de este libro? ¿Cree que puede cambiar algo?

R. Es lo que intento, aunque no tengo mucha confianza.

P. Podemos ser optimistas.

R. Siempre es una opción, pero no mi estado natural.


Barbara Ehrenreich (26 de agosto de 1941) es una ensayista y activista social estadounidense. Ehrenreich estudió en el Reed College de Portland, Oregón obteniendo un doctorado en biología por la Universidad Rockefeller de Nueva York. Tras su doctorado, decidió no convertirse en investigadora científica y comenzó a involucrarse en la política, siendo activista por el cambio social. Pertenece a la cúpula del Partido socialdemócrata de América.
Carrera profesional

Desde 1991 hasta 1997 ha sido columnista habitual en la revista Time y ha escrito para publicaciones como The New York Times, Mother Jones, The Atlantic Monthly, Ms, The New Republic, Z Magazine, In These Times y Salon.com. En agosto de 2005 escribe para el periódico The Progressive.

Su libro, Nickel and Dimed (2002), se convirtió en un éxito de ventas en Estados Unidos. En él recoge sus experiencias en trabajos poco remunerados, como parte de un trabajo de investigación sobre las condiciones laborales de las clases pobres de Estados Unidos.