Revisión Clínica

Somnolencia diurna excesiva

Los estudios epidemiológicos sobre la somnolencia diurna excesiva (SDE) han utilizado diversas definiciones de somnolencia excesiva, lo que limita la posibilidad de comparar la prevalencia entre estudios.

Autor/a: Kriti D. Gandhi, Meghna P. Mansukhani, Michael H. Silber, Bhanu Prakash Kolla

Fuente: A Clinical Review. May 2021;96(5):1288-1301

Indice
1. Texto principal
2. Referencias bibliográficas
Introducción

Los estudios epidemiológicos sobre la somnolencia diurna excesiva (SDE) han utilizado diversas definiciones de somnolencia excesiva, lo que limita la posibilidad de comparar la prevalencia entre estudios. Las investigaciones que usaron muestras grandes de población han demostrado que hasta el 33% de los adultos estadounidenses sufren SDE.

La SDE con síntomas de deterioro funcional se ha encontrado en el 15,6% de la población adulta en general. Puede ocurrir a cualquier edad, un estudio halló que el 41,5% de los adolescentes de EE. UU informaron sentirse somnolientos durante el día.

La SDE se presenta en una amplia gama de comorbilidades, incluyendo trastornos del sueño, obesidad y problemas psiquiátricos. También se asocia con peligros personales y ocupacionales que pueden afectar la seguridad pública. Somnolencia diurna excesiva, hipersomnolencia e hipersomnia, son términos que suelen usarse indistintamente. Sin embargo, sus significados son diferentes y pueden variar dependiendo del sistema de clasificación utilizado.

Hipersomnolencia se refiere a un síntoma de la Classification of Sleep Disorders-3, correspondiente a los trastornos del sueño, mientras que la hipersomnia se usa para nombrar a los trastornos específicos del sueño.

Otras definiciones provienen de su asociación con trastornos mentales, en las que el término hipersomnia se utiliza para referirse a un criterio de síntoma. En cambio, cuando se trata de un trastorno identificado con un criterio específico, se define como trastorno de hipersomnolencia, caracterizada por sueño durante el día y/o trastorno significativo del sueño, y no está relacionada con narcolepsia, trastornos del ritmo circadiano del sueño-vigilia o, uso de sustancias.

Presentación

Los pacientes con SDE pueden quejarse de ≥1 de los siguientes: somnolencia excesiva; quedarse dormido en forma inadvertida, ataques de sueño (quedarse dormido sin síntomas prodrómicos de somnolencia); episodios de sueño principal prolongado y no reparador; siestas recurrentes el mismo día e inercia del sueño (dificultad prolongada para despertarse, con irritabilidad, comportamiento automático o confusión). También pueden sentir fatiga.

Consecuencias de la somnolencia diurna excesiva

La SDE se asocia con comorbilidades tanto físicas como mentales y contribuye a los accidentes automovilísticos y muertes. Un estudio sobre choques automovilísticos halló que la tasa de mortalidad es similar a la de los choques por elevada alcoholemia. La somnolencia excesiva en médicos y otros proveedores de atención médica se asocia con mayor riesgo de errores médicos. La SDE está estrechamente relacionada con comorbilidades psiquiátricas y funcionales.

En los padres de niños con SDE relatan depresión y síntomas de ansiedad. Los adolescentes que reportan SDE también Es probable que tengan un promedio de calificaciones más bajo, incluso cuando se controlan por factores socioeconómicos.

La relación entre la SDE y las comorbilidades psiquiátricas es compleja y puede ser bidireccional con respecto a la depresión y la ansiedad. En los niños, esta bidireccionalidad puede traducirse en preocupaciones emocionales y de comportamiento, incluyendo el déficit de atención/trastorno de hiperactividad, problemas de conducta y problemas con los compañeros.

Causas comunes de somnolencia diurna excesiva

La causa más común de SDE es el sueño insuficiente.

Un estudio transversal de conductores de camiones halló una duración media del sueño de 5,6 horas, mientras que el 46% de ellos informaron hipersomnia. En EE. UU., los especialistas recomiendan que los adultos de 18 a 60 años duerman al menos 7 horas por noche.

En EE. UU., una proporción significativa de adultos no duerme esa cantidad de horas. Una encuesta de los CDC (Centros para el contribuyente importante de la insuficiencia Control de Enfermedades ) mostró que un tercio de los encuestados dormía <7 horas por noche.

El turno laboral es un contribuyente importante de sueño insuficiente y desregulación circadiana, lo que contribuyen a la aparición de SDE. Del mismo modo, la insuficiencia de sueño es común en los adolescentes, y debe ser una consideración importante al evaluar a los que presentan SDE. Otra encuesta identificó que el 45,7% de los adolescentes informó sufrir SDE más de una vez/semana.

Las comorbilidades físicas también están asociadas con somnolencia diurna incidente. Una estudio longitudinal también comprobó una asociación entre el sobrepeso y la obesidad con la aparición y persistencia de la SDE. También halló asociación con la apnea del sueño y la diabetes mellitus. Otros trastornos respiratorios como asma y enfermedad por reflujo gastroesofágico pueden interrumpir el sueño nocturno y provocar somnolencia diurna.

Entre las comorbilidades psiquiátricas asociadas con la SDE se hallan los trastornos del estado de ánimo (depresión, trastorno bipolar).

La presencia de SDE en sujetos con estos trastornos puede moderar el efecto del tratamiento y aumentar el riesgo de recaída hacia un episodio del estado de ánimo. Entre los trastornos del sueño, la apnea obstructiva del sueño (AOS) suele asociarse con SDE. Los despertares nocturnos repetidos, la obesidad, la hipercapnia y el daño tisular en las regiones cerebrales de vigilia, secundarias a hipoxia, que ocurren en el contexto de la AOS, potencialmente pueden provocar SDE.

Por otra parte, los trastornos del ritmo circadiano del sueño-vigilia, como el trastorno del retraso de la fase de sueño-vigilia o el trastorno del desfase horario que resultan de una desalineación entre el reloj biológico y los requisitos sociales pueden presentarse con SDE, especialmente cuando el paciente necesita estar despierto pero su nivel de alerta secundario a su reloj biológico interno está en su punto más bajo. Estos ritmos circadianos del sueño-vigilia también pueden provocar insuficiencia del sueño.

Los trastornos centrales de exceso de sueño se caracterizan por una somnolencia excesiva no atribuible a trastornos del sueño nocturno o desalineación circadiana, y a menudo son causados por anormalidades primarias del sistema nervioso central. Estos incluyen la narcolepsia tipo 1, la narcolepsia tipo 2,  la hipersomnia idiopática, y el síndrome de Kleine-Levin.

La narcolepsia se caracteriza clínicamente por SDE grave. La cataplejía, presente en casi dos tercios a tres cuartos de los pacientes, es altamente específica para el diagnóstico. Las alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas y la parálisis del sueño pueden tener una presentación similar a la de la cataplejía. Estos síntomas también resultan de la intrusión del movimiento ocular rápido (REM) en la vigilia, pero son fenómenos menos específicos.

La cataplejía es característica de la narcolepsia tipo 1, y consiste en una pérdida del tono muscular en la cara, el cuello o las piernas, desencadenado con mayor frecuencia por emociones positivas repentinas, generalmente relacionadas con la alegría, o a veces, el enojo o los sobresaltos. Los pacientes con narcolepsia tipo 2 no tienen cataplejía.

Aunque las alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas pueden ocurrir en cualquier modalidad sensorial, suelen ser de naturaleza visual. Estos pacientes pueden presentarse ocasionalmente con comportamientos automáticos secundarios a cortos episodios de microsueño durante el día.

Se cree que la mayoría de los pacientes con narcolepsia tienen un trastorno autoinmune.

La base patológica de la narcolepsia tipo 1 es la pérdida de hipocretina-1 (también conocida como orexina-A) sintetizada en las neuronas del hipotálamo. Esto se puede diagnosticar clínicamente midiendo los niveles de hipocretina-1 en el líquido cefalorraquídeo (LCR) o, más comúnmente, usando un marcador sustituto de una combinación de cataplejía y latencias cortas hasta el sueño REM, en una prueba de latencia de sueño múltiple (MSL), por sus siglas en inglés). Sin embargo, casi el 24% de los pacientes con narcolepsia sin cataplejía tienen hipocretina-1 baja o ausente en el LCR, lo que caracteriza a la narcolepsia tipo 1.

La narcolepsia tipo 2 también se caracteriza por latencias cortas del sueño REM, pero no se asocia con cataplejía. Los niveles bajos de hipocretina-1 en el LCR deberían ser normales. La patogenia de la narcolepsia tipo 2 es incierta. La hipersomnia idiopática también presenta SDE, pero sin cataplejía ni intrusiones del sueño REM. El fenotipo típico consiste en episodios de sueño nocturno prolongado no reparador, inercia severa del sueño y siestas durante el día, que suelen ser largas y poco reparadoras.

Otros pacientes con un fenotipo menos específico pueden parecerse a aquellos con narcolepsia tipo 2, además de la ausencia de sueño REM prematuro. Recientemente, se ha propuesto que estos entren en la misma clasificación como "trastorno del espectro de la narcolepsia" pero, hasta ahora, esta terminología no se ha incorporado a cualquier nosología formal.

El síndrome de Kleine-Levin es un trastorno del sueño poco común, que en general ocurre en varones adolescentes y se caracteriza por períodos de remisión-recaída, de la somnolencia excesiva, deterioro cognitivo, percepción alterada, trastorno alimentario (hiperfagia o anorexia), estado de ánimo deprimido y comportamiento desinhibido, incluida la hipersexualidad. Los episodios pueden durar de 2 días a 5 semanas y ocurren, al menos, una vez cada 18 meses, con períodos de cognición y somnolencia normales entre los episodios. El trastorno suele resolverse espontáneamente a los 30 años de edad.

Evaluación

> Historia

La evaluación de SDE debe comenzar con la historia clínica completa. La historia del sueño debe incluir información sobre el horario de acostarse y despertarse, los días de semana y los fines de semana, el tiempo total de sueño diario, hábitos de sueño, y rutinas diurnas. Para descubrir un trastorno del ritmo circadiano sueño vigilia es de gran ayuda conocer las preferencias horarias del paciente, tanto para acostarse como para despertarse. Una historia de ronquidos fuertes y pausas en la respiración, con episodios de asfixia, ocurridos durante la noche, sugieren una elevada probabilidad de apnea del sueño.

La presencia de cataplejía sugiere narcolepsia.

Otros síntomas nocturnos que pueden estar asociados con la somnolencia diurna son los síntomas que sugieran el síndrome de piernas inquietas, caracterizado por períodos de insomnio asociado con la necesidad de mover las piernas, que se alivia con el movimiento. En general, este síndrome se asocia con periodos de movimientos de las piernas durante el sueño, pero estos movimientos son comunes, especialmente en las personas mayores.

En pocas ocasiones, los movimientos periódicos de las piernas durante el sueño pueden causar SDE sin acompañamiento del síndrome de piernas inquietas, una condición conocida como trastorno del movimiento periódico de las extremidades.

La historia también debe evaluar los síntomas sugestivos de depresión, reflujo, gastrointestinal, dolor o afecciones respiratorias y antecedentes de alergias o asma, que pueden provocar una interrupción del sueño nocturno, resultando  en somnolencia diurna. También es importante recabar datos de un compañero de cama, pues pueden ser útiles para identificar los síntomas sugerentes de AOS o los movimientos periódica de las extremidades. Asimismo, es importante conocer todos los medicamentos y sustancias que usa el paciente.

Los medicamentos de venta libre que pueden causar sedación son los antihistamínicos y los analgésicos. Varias prescripciones de medicamentos pueden provocar un aumento de la sedación, como los agonistas α-2- benzodiazepinas, medicamentos para dormir, agonistas de la dopamina, anticonvulsivos, opioides y otros psicotrópicos como los antipsicóticos y algunos antidepresivos. El abuso de sustancias también puede causar somnolencia diurna.

El alcohol es la sustancia sedante más utilizada, pero la marihuana y los opioides también pueden provocar sedación diurna.

Por otro lado, las benzodiazepinas y otros sedantes/hipnóticos pueden ser mal utilizados/abusados y provocar somnolencia diurna. Sin embargo, también puede haber síntomas derivados de la abstinencia de sustancias como la cocaína y otros estimulantes, incluida la cafeína, que puede presentarse con somnolencia excesiva.

Es importante distinguir entre la somnolencia y la fatiga. Esta última es una falta de energía con reducción de la capacidad para realizar las actividades físicas que antes se hacían con facilidad. Puede ir acompañada de fatiga mental con poca concentración y memoria pero, generalmente, no se asocia con episodios inapropiados de sueño durante el día.

Aunque  a veces la fatiga puede estar asociada con enfermedades crónicas médicas, neurológicas o psiquiátricas, o se produce de forma aislada, como en el síndrome de fatiga crónica. Por el contrario, a diferencia de los factores ambientales o intrínsecos, en la SDE se deben buscar los trastornos del sueño. Las mujeres con AOS tienen más probabilidades de reportar fatiga que somnolencia, como síntoma principal.

> Escalas de medida

Las escalas de medida son un complemento útil de la historia clínica y los registros de sueño. Aunque existen varias escalas de somnolencia, las 3 que más se usan son: la escala de Epworth, la escala de Stanford y la escala de Karolinska. Debido a que las escalas de Stanford y Karolinska miden el sueño momentáneo, pueden ser más útiles para evaluar el sueño durante un período específico. y se utilizan comúnmente en estudios de investigación. La escala de Epworth puede ser útil para la comprensión general del nivel de somnolencia, y por tanto, tiene mayor aplicación clínica.

> Examen físico

El examen físico para la evaluación de la somnolencia excesiva debe tener en cuenta:

a) Los signos relacionados con los trastornos que están comúnmente asociado con este síntoma.

b) El nivel de alerta durante el examen.

El índice de masa corporal elevado y el aumento de la circunferencia del cuello son factores de riesgo de AOS.

La orofaringe apiñada. con paredes faríngeas eritematosas, también pueden sugerir mayor riesgo de AOS. Otras anomalías físicas pueden incluir: hipoplasia del tercio medio facial, micrognatia, retrognatia, amígdalas agrandadas o desviación del tabique nasal. También es importante evaluar los signos de resistencia a la insulina, como la acantosis nigricans, así como los signos de acromegalia e hipotiroidismo, que sugieren un riesgo aumentado de AOS.

Generalmente los signos del examen físico en pacientes con trastornos del ritmo circadiano sueño-vigilia, narcolepsia o hipersomnia idiopática, son normales. No obstante, un ataque de cataplejía se acompaña de  hipotonía, arreflexia (transitoria) y, a veces, espasmos faciales. La arreflexia transitoria es específica de la cataplejía. En pacientes con sospecha de trastornos centrales de hipersomnolencia, el examen neurológico puede revelar un trastorno que afecta el tronco encefálico, el tálamo o el hipotálamo.

Muchos factores que contribuyen a la SDE pueden ser dilucidados por los médicos de atención primaria, pero cuando se sospecha un trastorno central de hipersomnolencia o la causa es incierta, se recomienda derivar a un especialista en sueño.

La AOS suele diagnosticarse mediante pruebas que pueden hacerse en el hogar, pero, en general, el tratamiento de los trastornos respiratorios que la acompañan requiere la participación de un especialista en trastornos del sueño.

Las pruebas de SDE consisten en 3 modalidades principales: actigrafía, polisomnografía (PSG) y, Test Iterativo de Latencia del Sueño ( MSLT, por sus siglas en inglés). Las medidas objetivas de la SDE incluyen la medición de la duración del sueño prolongado, medidas por actigrafía de muñeca o PSG continua y, la medición de la latencia del  sueño medio, medida con el MSLT.

La actigrafía, una técnica relativamente económica y no invasiva, proporciona un marcador de sueño- vigilia sustituto, y puede ser particularmente útil para identificar la insuficiencia de sueño y los trastornos del ritmo circadiano sueño-vigilia. Los actígrafos son dispositivos parecidos a un reloj de pulsera que miden el movimiento, y sirven como sustitutos en la vigilia.

Pueden ser utilizados por el paciente en su hogar, durante varios días o semanas, y puede ser un complemento útil para el registro de eventos durante el sueño. Sin embargo, los registros del sueño pueden sobrestimar el sueño total, y la actigrafía puede subestimar el tiempo de despertar y sobreestimar el tiempo de sueño. Estas limitaciones deben tomarse en consideración durante la interpretación de estas medidas.

El tiempos de sueño diario promedio, de a al menos 660 minutos en los adultos, puede ayudar a identificar la hipersomnia idiopática. La PSG cuantifica el sueño y las anomalías respiratorias. Consiste en lel seguimiento nocturno, en un laboratorio del sueño, con sensores que proporcionan información sobre electroencefalografía, electrooculografía, parámetros respiratorios (incluido el flujo de aire, esfuerzo respiratorio, ronquidos y oximetría de pulso), posición corporal, electrocardiografía y electromiografía. Esto ayuda a detectar trastornos del sueño, movimientos periódicos de las extremidades, y otras causas del interrupción del sueño nocturno que pueden resultar en somnolencia diurna.

Los movimientos oculares rápidos durante el sueño que aparecen a los 15 minutos del inicio del sueño en la PSG es muy sugerente de narcolepsia. Estos episodios se suman al número de episodios de ojos abiertos en fase REM, al comienzo del sueño (SOREM), necesarios para el diagnóstico de narcolepsia.

El estándar de oro para la evaluación objetiva de la SDE es el MSLT. Para su realización, los pacientes pueden hacer 4 o 5 siestas con intervalos de 2 horas, y se les hace un seguimiento de los despertares y medición de su propensión a quedarse dormidos. Está diseñado para cuantificar objetivamente la somnolencia en condiciones estandarizadas y detectar la presencia de SDE.

Para que la prueba sea un método de diagnóstico válido para el diagnosticar los trastornos centrales de hipersomnolencia, es importante evitar la privación previa del sueño y suspender todos los medicamentos psicotrópicos que puedan afectar la propensión al sueño e influir en el sueño REM, al menos 2 semanas o 5 vidas medias antes del estudio.

La realización de la prueba mientras el paciente está tomando antidepresivos u otros medicamentos que puedan afectar la latencia del sueño o la latencia REM, impide una interpretación válida. Por lo tanto, no se debe usar el MSLT si no se pueden suspender esos medicamentos en forma segura. Para asegurar un sueño adecuado antes del MSLT, se utilizan la actigrafía y el registro del sueño, durante 1 a 2 semanas previas a la prueba y la PSG, realizada la noche anterior al MSLT.

Los pacientes reciben asesoramiento para suspender las drogas ilícitas, los medicamentos que pueden afectar el sueño/vigilia y los suplementos o medicamentos de venta libre, como la melatonina y la difenhidramina. Puede estar indicada la prueba de fármacos en la orina, pues es importante su ausencia cuando se está estudiante la somnolencia excesiva.

Una latencia del sueño medio ( MSL) medida por MSLT de menos de 5 minutos indica somnolencia, mientras que un valor >10 minutos es normal. Sin embargo, es necesario complementar la interpretación, con el criterio clínico. Aunque en la Clasificación Internacional de trastornos del Sueño 3, el valor de corte del MSL es 8 minutos, este valor debe ser usado con precaución en el contexto clínico.

La presencia de ≥ 2 SOREM (incluido un SOREM que haya ocurrido en la PSG previa al MSLT) se considera anormal. Después de descartar otras causas, como sueño insuficiente, trabajo por turnos rotativos, AOS moderada o grave o, si la suspensión de medicamentos supresores de REM no ha sido hecha 2 semanas antes, por lo menos, junto con una MSL corta (generalmente definida como de 8 minutos), indica narcolepsia.

Una MSL inferior, mayor o igual a 8 minutos con menos de 2 SOREM respalda el diagnóstico de hipersomnia idiopática. Sin embargo, algunos pacientes con el fenotipo clásico de hipersomnia idiopática pueden tener una MSL normal en el MSLT.

Un criterio alternativo para el diagnóstico es un tiempo total diario de sueño de al menos 660 minutos. La actigrafía de muñeca durante 1 semana, permitiendo que el paciente duerma cuando lo desee, es un método más práctico para evaluar este parámetro.

Antígeno leucocitario humano y pruebas de hipocretina-1 en el LCR

Los estudios han permitido identificar a DQB1*06:02, un antígeno HLA, asociado con la narcolepsia. El DQB1*06:02 se encuentra en el 90% al 95% de pacientes afroamericanos, de raza blanca y japoneses con narcolepsia tipo 1, y del 45% al 50% de pacientes con narcolepsia tipo 2. Sin embargo, casi el 25% de la población general puede tener este gen, lo que limita significativamente su especificidad en la práctica clínica.

Para ayudar a hacer un En la narcolepsia tipo 1, la concentración se mide por inmunorreactividad, y ≤110 pg/ml o menos de un tercio de los valores medios obtenidos en sujetos sanos con el mismo ensayo estandarizado.

Las indicaciones para esta prueba incluyen la sospecha de narcolepsia, cuando no es posible realizar un MSLT válido, como cuando no se pueden suspender los medicamentos psicotrópicos, la presencia de AIOS no tratada, el sueño insuficiente o el trabajo por turnos rotativos, o en niños ≤5 años.

La prueba del antígeno leucocitario humano siempre debe realizarse primero, ya que esencialmente todos los pacientes con niveles bajos de hipocretina-1 en el LCR y la narcolepsia tendrán el antígeno DQB1 * 06: 02. Es importante entender que los pacientes con narcolepsia tipo 2 e hipersomnia idiopática tienen niveles diagnóstico de narcolepsia, se pueden medir los niveles de hipocretina-1 en el LCR.

La prueba también puede ser útil para distinguir la en ciertos pacientes con SDE, asociada con trastornos neurodegenerativos o encefalopatías autoinmunes, y para distinguir la cataplejía de los trastornos funcionales. Actualmente, no es una prueba muy difundida.

Tratamiento

Si la SDE es secundaria a otras causas, primero se debe proceder a su identificación y tratamiento.  Se debe tener en cuenta que no hay ensayos directos que muestren la superioridad de un solo agente y el algoritmo propuesto es para equilibrar la evidencia actual, el potencial abuso de fármacos y los perfiles de efectos secundarios. También se debe considerar la preferencia del paciente y el precio de los medicamentos a elegir.

Tratamiento no farmacológico

El tratamientos no farmacológico y las terapias conductuales son útiles como opciones terapéuticas complementarias. El aspecto más importante del manejo conductual de la SDE es asegurar que el paciente obtenga suficiente cantidad de sueño. Las modalidades adicionales pueden incluir siestas programadas, distracción, ejercicio, medidas de higiene del sueño y terapia conductual.

Las siestas programadas pueden ser un complemento útil en el tratamiento de la narcolepsia, pero rara vez son suficientes si son el único tratamiento.

Se ha demostrado que las técnicas de distracción, como la goma de mascar tienen un grado moderado de utilidad en la promoción de la vigilia. Se ha demostrado que la actividad física mejora la vigilia en modelos animales de narcolepsia. Otro enfoque no farmacológico importante en pacientes con AOS y SDE es mejorar la adherencia a la presión positiva continua de la vía aérea durante el sueño, pues se ha demostrado que reduce la somnolencia diurna.

Tratamiento farmacológico

En EE. UU. el tratamiento farmacológico de la SDE incluye medicamentos aprobados y no aprobados por la FDA (Federal Administrativos of Drugs) , y puede apuntar a la causa subyacente o el síntoma de somnolencia excesiva. Los medicamentos aprobados por la FDA son: modafinilo, armodafinilo, dextroanfetamina, mixto anfetamina/dextroanfetamina, metilfenidato, oxibato de sodio, solriamfetol y pitolisant . No hay tratamientos aprobados por la FDA para la hipersomnia idiopática.

> Metilfenidato y anfetaminas.

La dextroanfetamina d, el metilfenidato y la mezcla anfetamina/dextroanfetamina están aprobadas por la FDA para el tratamiento de la narcolepsia. Sin embargo, el metilfenidato y muchos preparados de anfetaminas se utilizan para el manejo de la hipersomnia idiopática, y son incluidos como opción terapéutica para la práctica clínica, por la American Academy of Sleep Medicine. El metilfenidato inhibe principalmente la recaptación de catecolaminas, mientras que las anfetaminas elevan la dopamina extracelular.

La dosificación suele ajustarse según el efecto, con una dosis máxima recomendada de 100 mg/día, tanto para la anfetamina como para metilfenidato. Se prefieren las preparaciones de liberación para evitar efectos máximos y mínimos de los fármacos de acción corta. Al comenzar a tomar estos medicamentos, se deben tener en cuenta la aparición de taquicardia e hipertensión arterial y anorexia con pérdida de peso. Antes de prescribir anfetaminas se debe hacer un electrocardiograma, ya que estos medicamentos pueden aumentar el intervalo QT.

Otros estudios han comprobado un aumento del riesgo de psicosis y anorexia, especialmente en dosis mayores que las terapéuticas. Según la FDA, estos medicamentos son comparables a las sustancias controladas de la Lista II, indicando un riesgo moderado de abuso. Algunos pacientes desarrollan tolerancia a los efectos estimulantes pero no hay evidencia de que las “vacaciones de drogas” (N. de la T: intervalo sin fármacos durante un tratamiento crónico) evite esto.

> Modafinilo y Armodafinilo

Estos medicamentos están aprobados por la FDA para el tratamiento de la SDE por narcolepsia, la somnolencia persistente después de un tratamiento adecuado de la AOS y el trastorno del trabajo por turnos rotativos. También están incluido como una opción terapéutica para la hipersomnia idiopática en los parámetros de práctica de la AASM. El armodafinilo es el enantiómero R del modafinilo, con concentraciones algo más persistentes.

Su mecanismo de acción es incierto. Generalmente, el tratamiento con modafinilo se inicia con 200 mg por la mañana, y el armodafinilo, 150 mg por la mañana, pero muchos pacientes requieren dosis más elevadas o 2 veces/día. Los efectos secundarios son poco comunes con estos medicamentos, pero un efecto potencialmente grave del síndrome de Stevens-Johnson.

Otros posibles efectos secundarios son la cefalea, náuseas, sequedad de boca y anorexia. También pueden interferir con la acción de los anticonceptivos. Los estudios a largo plazo han demostrado moderada eficacia en la narcolepsia. Tanto el modafinilo como el armodafinilo son sustancias controladas de la lista IV, indicando un posible pero bajo potencial de abuso.

> Solriamfetol

Este medicamento está aprobado por la FDA para el tratamiento del SDE en la narcolepsia y la somnolencia persistente en tratamiento adecuado de la AOS. Es el único inhibidor de la recaptación de dopamina/norepinefrina aprobado para el tratamiento de un trastorno de hipersomnolencia.

Para la AOS, se inicia tratamiento con 37,5 mg/día para la AOS, y para la narcolepsia, con  o 75mg/día y una dosis máxima de 150 mg/día. Los efectos secundarios más comunes son cefalea, náuseas, anorexia,  taquicardia y ansiedad, dependiendo de la dosis. No debe usarse con inhibidores de la monoaminooxidasa. Actualmente, el solriamfetol es un fármaco de tipo IV.

> Pitolisant

Es un producto recientemente aprobado por la FDA para el tratamiento de la SDE que acompaña a la narcolepsia; disminuyendo la frecuencia de cataplejía. Tiene un mecanismo de acción único; actúa como receptor de la antagonista de la histamina H3/agonista inverso; modula la liberación de otros neurotransmisores promotores de vigilia, como la dopamina, la noradrenalina y la acetilcolina. La dosis inicial es 8,9 mg (dosis máxima: 35,6 mg/día).

Los efectos secundarios más comunes son: cefalea, náuseas y ansiedad. Se debe hacer un electrocardiograma antes de su uso ya que puede aumentar el intervalo QT. Puede disminuir la eficacia de los anticonceptivos orales e interferir con la acción de antidepresivos e inhibidores de la recaptación de serotonina. Los niveles séricos de la medicación pueden aumentar el uso concomitante de inhibidores de la recaptación selectiva de serotonina y antidepresivos tricíclicos.

> Oxibato de sodio

 Es un fármaco de primera línea para el tratamiento de la cataplejía; mejora la SDE, especialmente si se usa combinado con modafinilo. Se toma en 2 dosis divididas antes de dormir y 2 a 4 horas después. Dosis diaria total: 6 a 9 g. Los efectos secundarios son: sedación, náuseas, pérdida de peso, enuresis nocturna y sonambulismo.

Es un depresor respiratorio y nunca debe combinarse con alcohol o hipnóticos, o utilizados en pacientes con AOS, enfermedad pulmonar moderada a grave y otras causas de hipoventilación. Es una sustancia cuya dosis se debe aumentar en forma escalonada y requiere un registro local especial.

> Otras

Hay tratamientos con disponibilidad limitada para el síndrome de Kleine-Levin. La evidencia sugiere que el litio, generalmente titulado a un nivel en sangre en el rango superior para el tratamiento de la manía puede disminuir la frecuencia y duración de los episodios del síndrome de Kleine-Levin. Otros estabilizadores antiepilépticos del estado de ánimo también se han estudiado para el tratamiento del este síndrome, pero parecen ser menos eficaces. En algunos pacientes, la amantadina puede ser beneficiosa para mejorar la somnolencia.

Una consideración importante para el tratamiento es el potencial de abuso con varios de estos agentes, particularmente el metilfenidato, las anfetaminas y el oxibato de sodio. Para los estimulantes como el metilfenidato y las anfetaminas, los datos sugieren que la dosis recomendadas por las guías pueden ser relativamente seguras desde el punto de vista del potencial de abuso.

Aunque antecedentes de consumo de sustancias no debe ser una contraindicación para el tratamiento de trastornos centrales de hipersomnolencia, el médico puede querer considerar otras opciones terapéuticas con menor potencial de abuso, como el pitolisant.

La mayoría de los medicamentos utilizado para tratar la SDE han mostrado que tienen efectos teratogénicos en estudios con animales y no hay parámetros de práctica detallados en tratamiento durante el embarazo. La decisión sobre si suspender los medicamentos en el embarazo debe basarse en un principios de toma de decisiones después de pesar riesgos y beneficios.

El tratamiento de la SDE secundaria a condiciones médicas varía, y la evidencia es a menudo limitada. La lista de parámetros de práctica de la AASM para el modafinilo, es un opción de tratamiento para la SDE por enfermedad de Parkinson, la distrofia miotónica y la esclerosis múltiple.

Conclusión

  • La somnolencia diurna excesiva es una condición peligrosa con etiologías variadas, que justifica una evaluación y un tratamiento exhaustivos.
     
  • La evaluación comienza con una historia y delineación de patrones de sueño, con énfasis en el sueño inadecuado, gobernando los desórdenes del ritmo circadiano del sueño-vigilia, la AOS y la presencia de comorbilidades médicas y psiquiátricas.
     
  • Su evaluación debe incluir pruebas específicas realizadas en circunstancias ideales, para evitar resultados falsos. Los medicamentos son el pilar del tratamiento de los trastornos centrales de hipersomnolencia, y las intervenciones conductuales puede representar un complemento útil.

Resumen y comentario objetivo: Dra. Marta Pappponetti