Evaluación a 10 años

¿Que ocurre con los ojos con DMAE húmeda después de cuatro años de tratamiento anti FCEV?

Evaluación de 10 años de resultados en pacientes de nuestro centro con DMAE húmeda y tratados con anti FCEV

Autor/a: Justus G. Garweg, Johanna J. Zirpel2, Christin Gerhardt, Isabel B. Pfister.

Indice
1. Texto principal
2. Referencias bibliográficas

Si no se trata, la degeneración macular asociada con la edad húmeda provoca pérdida grave de agudeza visual. Si se la trata la función puede estabilizarse, sin embargo, el 100% de los ojos tratados con anti FCEV, sin importar la cantidad de dosis, termina con atrofia de la mácula y algún deterioro de la agudeza visual, después de la mejoría Inicial.

El objetivo del presente estudio fue evaluar retrospectivamente los resultados a largo plazo de nuestros pacientes tratados con inyección intravítreo de ranibizumab antes de 2013. Durante el periodo del estudio, por supuesto que hubo cambios en el tratamiento y pautas a seguir, por lo que no tuvo sentido hacer comparaciones entre tratamientos.

Pacientes y métodos

Participaron del presente estudio retrospectivo, todos los pacientes diagnosticados con DMAE húmeda que fueron tratados con al menos tres inyecciones intravítreo de ranibizumab entre 2007 y 2013, con un seguimiento>48 meses. Se observó y analizó la evolución  de la agudeza visual mejor corregida a lo largo del tiempo.

En los pacientes diagnosticados con neovascularización coroidal atribuida a DMAE húmeda, el tratamiento a largo plazo con ranibizumab, detuvo la progresión de la patología subyacente y, en general, permitió mantener una función visual útil, con visión para manejo en un tercio de los ojos durante 10 años.

 Aunque las características oculares individuales habrán tenido un rol importante, estos resultados también reflejan la curva de aprendizaje sobre cómo manejar a los pacientes en la práctica cuando no existen estrategias de tratamiento.

Durante los primeros años de tratamiento, la cantidad de inyecciones administradas fue reducida, lo que significa que la patología no fue suficientemente tratada. Como consecuencia se observó un deterioro de la agudeza visual en los primeros 2 a 3 años. Tuvimos la suerte de que los pacientes cumplieron con las consultas programadas y 87% fueron controlados durante más de 5 años y 66% más de 7 años.

En nuestros pacientes la pérdida de visión tuvo lugar durante los primeros 2-3 años y luego permaneció estable, lo que indica que un tratamiento más intensivo al comienzo podría haber arrojado mejores resultados, tal como se informó en los estudios Horizon y CATT.

Las lecciones aprendidas son que se debe comenzar el tratamiento lo antes posible, decidir sobre nuevos tratamientos sobre la base de OCT hasta detener por completo la patología.

Dado que se logró estabilizar la función visual luego de la pérdida inicial durante 10 años, la evolución natural de la enfermedad que es la progresión geográfica de la atrofia macular, podría comprometer menos la función visual en casos de DMAE húmeda que en DMAE seca avanzada.

Los pacientes de la presente cohorte realizaron una promedio de 7,9 visitas de control durante el primer año, comparable con otros estudios. Creemos que el cumplimiento por parte de los pacientes con el régimen de tratamiento es probablemente lo más importante para lograr la estabilidad a largo plazo de la función visual.

Gracias a dicho cumplimiento, una función visual útil a largo plazo puede lograrse hoy en día en la mayoría de los pacientes, con un mantenimiento de la visión para manejar en 55%. En comparación, nuestros pacientes tuvieron  visión para manejar un 43, 48 y 34 % de los ojos en el momento del diagnóstico, después de 2, 5 y 7 años respectivamente.

En resumen, después de más de 7 años de tratamiento, un tercio de los ojos sometidos a tratamiento de largo plazo mantuvo una agudeza visual útil que permitió leer y manejar. De acuerdo a la experiencia reunida durante la última década los pacientes que se diagnostican con DMAE húmeda pueden lograr mejores resultados a largo plazo.

Aunque nuestros pacientes no hayan recibido la cantidad suficiente de inyecciones en los primeros años de tratamiento, el buen cumplimiento con los controles programados dio  como resultado diez años de estabilidad visual, superando las expectativas de los estudios de la vida real.

Conclusiones

Después de los tres años de tratamiento, la estabilidad de la función visual se mantuvo durante 10 años. Para conseguir mejores resultados de largo plazo, se debería haber realizado un tratamiento más intensivo en la primera fase.

Resumen y comentario objetivo: Dr. Martín Mocorrea