Convulsiones febriles

Bajo riesgo de bacteriemia en los niños con convulsiones febriles

El riesgo de bacteriemia oculta en los niños 2 a 24 meses de edad, con convulsiones febriles es similar al riesgo en niños con solamente fiebre.

Autor/a: Dres. Shah SS, Alpern ER, Zwerling L, Reid JR, McGowan KL, Bell LM

Fuente: Arch Pediatr Adolesc Med 2002 May;156(5):469-72

Indice
1. Desarrollo
2. Conclusiones


Las convulsiones febriles son un problema pediátrico común, que ocurren en un 2% a 5% de todos los niños. Se define bacteriemia oculta como la presencia de bacterias en la sangre en un niño febril (>  390 C) en aparente buen estado de salud sin un foco identificable de infección. El riesgo de bacteriemia oculta en los niños 2 a 24 meses de edad, con convulsiones febriles es similar al riesgo que tienen los niños de igual grupo etario con solamente fiebre.

Las convulsiones febriles son un problema pediátrico común, que ocurren en un 2% a 5% de todos los niños. El examen de niños que se presentan al departamento de emergencias con una convulsión febril es polémico. Aunque numerosos autores han examinado el problema de si a estos niños se les debe practicar una punción lumbar, sólo algunos han examinado el papel de los cultivos de sangre en la evaluación de tales niños.

En 1976, Lewin et al encontraron bacteriemia en 4 (6.7%) de 61 niños con convulsiones febriles. Estos resultados llevaron a su recomendación de realizar un hemograma completo y hemocultivos  en todos los niños que se presenten con convulsiones febriles. Estos autores identificaron una causa viral específica en 46 (63.0%) de 73 niños con convulsiones febriles. Sin embargo, 2 niños (2.7%) de su estudio con bacteriemia se asociaron con morbilidad significativa, uno con meningitis a H. Influenzae b y otro con endocarditis por Escherichia coli.  En un estudio por Camarero y Gorman 4.3% de 115 niños con convulsiones febriles tenían bacteremia. El estreptococo pneumoniae se identificó en cada caso.

En un estudio que involucró a niños entre 6 meses y 5 años de edad con convulsiones febriles, McIntyre et al encontraron bacteriemia en 12 (4.3%) de 282 niños. Los 12 niños eran menores de 2 años, y los organismos aislados eran S. pneumoniae (7 casos), H. influenzae b (3 casos), Neisseria meningitidis (1 caso), y Salmonella enteritidis (1 caso). Estos estudios evaluaron la incidencia de bacteremia en los niños con convulsiones febriles previo a la utilización masi pneumoniae dela de la vacuna contra H. Influenzae b e incluían niños con edades superiores a la edad de riesgo de bacteriemia oculta.  

Desde la introducción de la vacuna contra H. influenzae b, las proporciones de bacteriemia en los niños febriles tienen a disminuir. En el primer estudio de niños con convulsiones febriles desde la introducción de dicha vacuna, Enseñe y Geil6 estudiaron a  206 niños menores de 6 años. La incidencia de bacteriemia era de 2.9%. Estreptococo pneumoniae se identificó en cada caso, y ningún niño tuvo meningitis. Estos datos sugieren que no todos los niños que se presentan al servicio de emergencias con convulsiones febriles requieran hemocultivos.

Se define bacteriemia oculta como la presencia de bacterias en la sangre en un niño febril (>  390 C) en aparente buen estado de salud sin un foco identificable de infección. Estudios anteriores han identificado la edad de 2 a 24 meses como un factor de riesgo para bacteriemia oculta. Posterior a la introducción de la vacuna contra H. influenzae b, el predominio de bacteriemia oculto en este grupo etario es 1.6% a 2.6% .7-9 El riesgo de bacteriemia en niños que presentan fiebre se ha definido bien.   

McIntyre et al. notaron bacteriemia en 4.3% de niños con convulsiones febriles; sin embargo, la mayoría de esos pacientes estaban hospitalizados. Los informes de bacteriemia en niños  ambulatorios reflejan un 2.7% a 6.7%, pero estos estudios incluyen a los niños de 7 años de edad, una población de riesgo bajo de bacteriemia.

Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo que involucró a 379 niños de 2 a 24 meses que se presentaron al departamento de emergencia de hospital de niños con convulsiones febriles, entre el 1 de febrero de 1993 y el 31 de mayo de 1996, con el objetivo de evaluar el riesgo de bacteriemia oculta en dichos niños.

La edad media de los pacientes era de 15.9 meses, y 217 (57%) eran masculinos. En 40 pacientes (10.6%), el uso de antibióticos orales antes de la evaluación en el departamento de emergencia fue inicialmente informado. Bacteriemia ocurrió en 8 (2.1%) de 379 niños estudiados. Ninguno de los niños con bacteriemia había recibido los antibióticos anteriores.
Los organismos causativos eran el Estreptococo pneumoniae en 7 casos y Estreptococo grupo A en 1 caso. Había 5 cultivos contaminados (1.3%). Aunque 2 de los 8 niños con  bacteriemia requirieron finalmente internación, no había ningún resultado adverso serio. Seis de 7 episodios de bacteriemia por S. pneumoniae fueron causados por serotipos incluido en la vacuna pneumococcica conjugada que no estaba disponible en el momento de este estudio. 

Artículo comentado por el Dr. Edgardo Checcacci, editor responsable de IntraMed en la especialidad de Pediatría.