Práctica actual

Desnutrición en pacientes ancianos: Lo que necesitan conocer los enfermeros.

La desnutrición puede provocar disfunción, discapacidad y reducir la calidad de vida. Muchos responsables de la atención de la salud fallan en reconocer los indicadores de riesgos nutricionales o la desnutrición en pacientes de 65 años de edad o mayores.

Autor/a: Waters Ennis B.

Indice
1. Introducción
2. Evaluación clínica del paciente

Desafortunadamente, las advertencias de los médicos acerca de los riesgos o deficiencias no siempre terminan en una intervención. La declinación física y mental no es una parte normal del proceso de envejecimiento, pero puede aparecer como resultado de la desnutrición o provocar condiciones médicas severas.

Prevalencia y riesgo

En los Estados Unidos, la prevalencia de desnutrición en los ancianos es menor del 1 % en individuos que son sanos e independientes. Las estimaciones para otros grupos son del 25% para la población general de ancianos, del 23% al 85% para los residentes de hogares para ancianos y del 33% al 55% para aquellos que se encuentran hospitalizados.

Las personas no institucionalizadas de 65 años o mayores, se encuentran en mayor riesgo de desnutrición a causa de la pobreza, el aislamiento social, la falta de alimentos y el múltiple uso de drogas prescriptas y no prescriptas. La desnutrición puede aparecer o empeorar durante períodos de estrés agudo, enfermedad, trauma o cirugía.

Se estima que un 85% de los ciudadanos norteamericanos de 65 años o mayores, tienen una o más enfermedades crónicas pudiendo beneficiarse con una intervención nutricional y así reducir la morbilidad y mortalidad.

Consecuencias

La desnutrición contribuye a una declinación progresiva de la salud, poniendo a los pacientes en riesgo de padecer serios eventos de salud. Eventos adversos comunes incluyen debilidad progresiva, confusión, actividad mental disminuida y las caídas. Estos eventos son los precursores de una mayor discapacidad, reducción de la calidad de vida, institucionalización prematura o muerte, en adultos mayores independientes previamente sanos.

El costo económico de la desnutrición se encuentra bien documentado. El número de complicaciones para pacientes hospitalizados ha ido en aumento, las estadías hospitalarias son más prolongadas y los pacientes desnutridos son más propensos a morir. Los familiares y los cuidadores de adultos ancianos que sufren de desnutrición incurren en gastos indirectos tanto en dinero como en estrés.

Identificar factores de riesgo

Se recomienda chequear los antecedentes de desnutrición en pacientes ancianos; debe realizarse una revisión cuando se sospecha un cambio en factores relacionados con la nutrición. La presencia de un factor de riesgo clave debe alertar a los médicos para evaluar sistemáticamente los antecedentes del paciente y su estado físico, social y económico.

Las herramientas de detección ayudan a los médicos a obtener información acerca de la nutrición, el estado funcional y la capacidad del paciente de satisfacer sus necesidades nutricionales. El Screening de Detección Nutricional (NSI) ha desarrollado formularios fáciles de usar; los formularios ayudan a evaluar si es necesaria una nueva evaluación o si el servicio comunitario es apropiado. Los formularios pueden ser completados por los propios pacientes o los cuidadores o médicos en sólo minutos.

Los materiales de la NSI para médicos incluyen formularios para tres niveles de detección y monografías generales. Los formularios y las monografías guían a los médicos en la comprensión y evaluación de la desnutrición y en la implementación de intervenciones.
El Consejo para Estrategias Clínicas Nutricionales en el Cuidado a Largo Plazo ha desarrollado una guía clínica, la guía clínica para prevenir y manejar la desnutrición en el cuidado a largo plazo. La guía recomienda intervenciones y su uso no se limita al ambiente institucional.