La tendencia es más fuerte en los hombres

Las muertes por cáncer bajaron 10% en 30 años en el país

Los médicos dicen que se debe a que la gente come más sano, se llega al diagnóstico más temprano y hay mejores tratamientos.

Fuente: Clarin.com

Por Valeria Román

La tasa de mortalidad por cáncer para ambos sexos bajó el 10% en la Argentina durante los últimos 30 años, según informó a Clarín el Instituto Nacional del Cáncer. Una reducción que significa que muchos empezaron a hacer cambios en la alimentación, que se hacen diagnósticos más tempranos y que hay una mayor batería de pruebas y tratamientos que permiten controlar mejor los diferentes tipos de cánceres.

La reducción general de la tasa de mortalidad es considerada como un buen paso en la carrera contra esta enfermedad que se lleva más de 58.000 vidas por año. “Marca el inicio de un cambio: modificaciones en la dieta, detecciones de la enfermedad más temprana y tratamientos más eficaces. Aunque aún hay un largo camino para que la mortalidad baje más”, opinó Ricardo Kirchuk, que forma parte del consejo de dirección del Instituto Nacional del Cáncer, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación.

El porcentaje de reducción es bastante similar a la situación que se dio en Estados Unidos. Según informaron a Clarín los voceros del Instituto Nacional del Cáncer de ese país, la tasa de mortalidad bajó el 12%. En 1975, la tasa era de 199,14 por cada 100.000 habitantes, y se redujo a 175,18 por 100.000 en 2008.

“Uno de los factores principales –resaltó Mario Bruno, que está a cargo de oncología en la Escuela de Graduados de la Asociación Médica Argentina– es la educación: hubo campañas públicas sobre algunos cánceres que hicieron que la gente pierda el miedo a la enfermedad y consulte más temprano.

Si se diagnostican en su fase inicial, la mayor parte de los tumores se curan” . Desde la misma postura habla Rosa Levin, presidenta de la Fundación Oncológica Encuentro: “Se está tomando conciencia de que los embutidos, el alcohol y el tabaco, entre otros, pueden conducir al cáncer”.

También ayudaron las mejoras en tecnologías de diagnóstico y los tratamientos de los últimos 30 años. Ahora existen la tomografía axial multicorte y la tomografía PET, que permiten visualizar mejor los tumores antes de tratarlos. También hay análisis como la prueba HER 2 para casos de cáncer de mama. Además, las cirugías son más específicas y no arrasan con todo en el cuerpo del paciente. Hay sistemas de radioterapias que entregan más dosis contra el tumor, con menor toxicidad. Y avanzaron tratamientos más precisos como los anticuerpos monoclonales, los inhibidores de enzimas y los bloqueantes de genes.

Pero no todos los cánceres se controlan a rajatabla. “Hay diferencias en la mortalidad si se observa cada cáncer en particular”, advirtió la epidemióloga Dora Loria, del Instituto Nacional del Cáncer de Argentina. “Hubo un descenso leve de la mortalidad por cáncer de útero, mama y ovario en mujeres. Sin embargo, ellas ahora sufren más mortalidad por cáncer de pulmón”. En el caso de los hombres, bajaron los cáncer de pulmón, vejiga y laringe porque están fumando menos. En ambos sexos, hubo un sutil aumento en las tendencias de la mortalidad por cáncer colorrectal y páncreas. La mortalidad en mujeres descendió a un ritmo de 0,4% por año; la de los hombres, 0,9% por año.

¿Qué falta para bajar más la mortalidad? “Se dio un gran paso: el Gobierno fijó al cáncer como política pública y creó el Instituto nacional para tener una estrategia integral que atienda problemas locales. Por ejemplo, empezó un tamizaje nuevo en mujeres de Jujuy para detectar el virus del papiloma humano que causa el cáncer de cuello uterino”, contestó Kirchuk. Aún es mucho lo que también cada uno puede hacer por su salud: no consumir tabaco ni exponerse al humo, elegir alimentos menos grasos, comer más verduras, frutas, grano integral, hacer actividad física y mantener un peso saludable, evitar los rayos dañinos del sol. También hacer chequeos, como la colonoscopia (en mayores de 50) o el PAP y la mamografía. Hacer todo parece difícil, pero puede ser decisivo para enfrentar exitosamente al cáncer, un desorden que no siempre significa tener dolor.