Después de administración sistémica de antibióticos

Transiluminación aguda bilateral del iris

Descripción de características demográficas, aspectos clínicos y factores potenciales de la transiluminación aguda bilateral del iris después de consumo de antibióticos orales

Autor/a: Paris Tranos, Evangelos Lokovitis, Stelios Masselos y colaboradores.

Fuente: Eye (2018) 32:1190–1196

Indice
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2. Referencias bibliográficas
Introducción

La transiluminación bilateral aguda del iris es una condición recientemente reconocida, que consiste en defectos en el iris, alteración del pigmento, midriasis persistente de la pupila y, a veces, hipertensión ocular.

Otras patologías asociadas con atrofia del iris son: síndrome de dispersión del pigmento, síndrome uveitico de Fuchs, iridociclitis herpética, síndrome de pseudoexfoliación, enfermedad de Vogt-Koyanagi-Harada, cierre agudo del ángulo y trauma.

Muchos autores creen que la causa podría ser el uso sistémico de fluoroquinolonas y en especial moxifloxacina, otros opinan que el factor desencadenante puede ser la infección viral.

En el presente estudio informaremos sobre las características y curso de la patología en 16 pacientes que desarrollaron transiluminación aguda bilateral del iris después del uso sistémico de moxifloxacina y claritromicina.

Pacientes y métodos

Estudio retrospectivo de 16 pacientes. Se registraron los signos y síntomas al momento de presentarse y se analizaron las características demográficas.

Todos los pacientes fueron sometidos a examen ocular completo y análisis de laboratorio. Se registró el curso de la agudeza visual mejor corregida, actividad de la cámara anterior y presión intraocular durante el período de seguimiento.

Los 16 pacientes desarrollaron fotofobia severa con defectos de transiluminación difusa del iris, pupilas midriáticas atónicas y dispersión del pigmento en la cámara anterior luego de la administración de antibióticos sistémicos.

La transiluminación aguda bilateral del iris, caracterizada por los síntomas mencionados, fue asociada con la administración de moxifloxacina y, con menor frecuencia,  otros antibióticos como claritromicina y cefazolina.

Tuga-Tukin et al, informaron 35% de los casos tratados con moxifloxacina y 40% con otros antibióticos, sin embargo los autores consideraron que la infección viral y no la toxicidad de moxifloxacina fue el factor causante de la transiluminación. La conclusión se basó en la falta de efectos adversos luego del uso tópico de moxifloxacina.

En la presente serie, 13 pacientes habían sido tratados sistémicamente con moxifloxacina y 3 con claritromicina. A pesar de que el 50% de los pacientes tuvieron antecedentes de neumonía y gripe, lo que podría dar origen a una etiología viral, no es el caso del resto de la cohorte.

Específicamente, dos de los casos recibieron antibióticos como profilaxis luego de apendicectomía y nefrectomía y seis fueron tratados con antibióticos por infección con cultivo bacteriano. Un dato interesante fue que 11 de los 16 pacientes utilizaron moxifloxacina o claritromicina sistémica por primera vez.

Hasta el momento no se ha informado en la literatura que moxifloxacina produzca efectos adversos en el epitelio del iris al utilizarse en forma tópica. Además, los estudios de toxicidad han demostrado que su uso es seguro.

Asimismo, a pesar de la alta concentración de moxifloxacina en la administración intravítreo, la droga se elimina dentro de las primeras 12 horas, lo que da cuenta de la ausencia de reacciones adversas.

Por el contrario, el consumo oral de moxifloxacina está asociado con una mayor duración del antibiótico en los tejidos oculares lo que explicaría los efectos adversos relacionados con la transiluminación bilateral aguda del iris después  de su uso sistémico. Knape et al. elaboraron la teoría de que el estado del cristalino podría ser un factor que contribuya a desarrollar la transiluminación del iris.

Al quedar la droga atrapada en la cámara posterior por el contacto iridolenticular en los ojos fáquicos, se reduce la eliminación de la droga hacia la cámara anterior, resultando en altas concentraciones que pueden ser tóxicas para el epitelio del iris.

En el caso del síndrome de dispersión del pigmento, el principal factor es el contacto iridolenticular al arquearse el iris posterior. Aunque solo cuatro pacientes se realizaron tomografía de coherencia óptica en el presente estudio, no hubo signos de iris posterior arqueado durante gonioscopía  y biomicroscopía con lámpara de hendidura, en el resto de los pacientes.

El síndrome de pseudoexfoliación también es una patología que se caracteriza por defectos de transiluminación. Sin embargo, tiende a afectar a la población mayor, generalmente es asimétrica y los defectos  de transiluminación abarcan el margen pupilar y depósito de material fibrilar en el segmento anterior. Ninguna de estas características estuvo presente en los pacientes de este estudio.

La transiluminación del iris también se produce en iridociclitis viral. Sin embargo, suele ser unilateral, con inflamación intraocular y desarrollo de sinequia posterior. Aunque cuatro ojos presentaron sinequia posterior, no hubo otros signos asociados con la iridociclitis viral y ningún paciente tuvo infección viral.

En cuanto a las características demográficas de los pacientes con transiluminación bilateral aguda del iris, después de consumo de moxifloxacina o claritromicina, hubo preponderancia femenina en la población. Asimismo, hay una posible predisposición autoinmune en la reacción al antibiótico que puede ser factor disparador.

El aumento de la PIO es también un rasgo característico de la transiluminación bilateral aguda del iris. En la presente cohorte, todos los pacientes desarrollaron hipertensión ocular en las primeras dos semanas de comenzar los síntomas, esto persistió en 47% de los ojos durante al menos tres semanas a pesar de tratarse con medicación anti glaucoma.

No está clara cuál es la etiología de la hipertensión ocular. En el presente estudio, hubo una fuerte correlación entre la actividad pigmentaria en la cámara anterior e hipertensión ocular refractaria. Creemos que esto se debe a la congestión de la malla trabecular debido al pigmento.

Conclusiones

El presente estudio aporta pruebas clínicas sobre una reacción adversa poco frecuente por la administración de moxifloxacina y claritromicina sistémica. Los signos distintivos de esta patología son defectos de transiluminación bilateral aguda, actividad pigmentaria en la cámara anterior y pupila semi dilatada, acompañados de aumento de la PIO en la mayoría de los casos.

Resumen y comentario objetivo: Dr. Martín Mocorrea