Revisión y recomendaciones

Evaluación, diagnóstico y manejo de la distrofia muscular congénita

Guía para la evaluación y el manejo de las distrofias musculares congénitas.

Autor/a: Peter B. Kang, Leslie Morrison, Susan T. Iannaccone, Robert J. Graham y cols

Fuente: Neurology 2015; 84:1369–1378

Indice
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Introducción

Este documento resume la extensa información proporcionada en la guía completa, disponible como suplemento de datos en el sitio Web de Neurology®. La revisión sistemática y las recomendaciones prácticas se desarrollaron de acuerdo con los procesos descriptos en los manuales de procesos de desarrollo de guías de la Academia Americana de Neurología de 2004 y 2011. La principal audiencia para esta guía son los clínicos dedicados al cuidado de pacientes con distrofias musculares congénitas (DMC).

Las DMCs son un grupo de distrofias musculares (DMs) raras que tradicionalmente se definen por el inicio de los síntomas al nacimiento. Las DMCs se distinguen de las miopatías congénitas, que se caracterizan por diferentes características patológicas y etiologías genéticas. Los datos epidemiológicos son escasos. Se ha reportado una prevalencia de 6,8 x10-6 en 1993 en el noreste de Italia y de 2,5 x 10-5 entre niños ≤ 16 años de edad en el oeste de Suecia, datos que sugieren que al menos en las poblaciones europeas, es probable que la prevalencia esté en el rango de 1 en 100.000 personas.

Debido en parte a los avances genéticos recientes, actualmente se reconoce un espectro fenotípico más amplio para la DMC, y la edad exacta de inicio de los síntomas puede ser difícil de definir en algunos casos, especialmente para las variantes más leves. Por lo tanto, la DM con inicio en los primeros 2 años de vida, en especial durante la infancia (el primer año de vida), es ahora comúnmente considerada como DMC. Una pregunta nosológica persistente es si una enfermedad de inicio tardío que es alélica a una DMC debe ser clasificada como DMC o como una enfermedad diferente.

En general se reconocen tres categorías principales de DMC, cada una de los cuales tiene características fenotípicas distintas, bien descriptas:

(1)
colagenopatías (también conocidas como miopatías relacionadas con el colágeno VI), incluyendo la DMC de Ullrich y la miopatía de Bethlem;

(2)
merosinopatías (también conocidas como DMCs deficientes en merosina [DMCDM], DMCs relacionadas con la laminina α2 [LAMA2] y DMC1A); y
 
(3) distroglicanopatías (también conocidas como DMs relacionadas con α-distroglicano), que incluyen la DMC de Fukuyama, la enfermedad muscular-ocular-cerebral y el síndrome de Walker-Warburg.

Otras DMC raras no encajan en ninguna de las categorías clásicas. Más recientemente, varios otros genes han sido asociados con DMC, incluyendo GTDC2, TMEM5, B3GALNT2, SGK196, B3GNT1, GMPPB, y DAG1.
Mientras que las características genéticas, fisiopatológicas y patológicas de las DMCs han sido mejor comprendidas en las últimas décadas, el diagnóstico óptimo y los enfoques terapéuticos siguen sin estar claros. Sin embargo, un conjunto de algoritmos de reciente publicación ayudarán con el proceso diagnóstico para los pacientes con sospecha de DMC.


Análisis de la evidencia:

Para fundamentar las recomendaciones para el diagnóstico, el manejo y el tratamiento de la DMC, los autores realizaron revisiones sistemáticas para responder a las preguntas que se presentan a continuación.

Para los niños con sospecha de DMC, ¿con qué precisión (a) la ubicación geográfica y el origen étnico, (b) las características clínicas, (c) los hallazgos de imagen cerebral, (d) los hallazgos de imagen muscular, y (e) los resultados de la biopsia muscular predicen el diagnóstico específico por subtipo?

Ubicación geográfica y origen étnico

Un estudio Clase I, 4 estudios Clase II, y 1 estudio Clase III demostraron que en los niños con sospecha de DMC, mutaciones fundadoras llevaban a grupos de ciertas mutaciones en la población Japonesa (DMC de Fukuyama), Coreana (DMC de Fukuyama), Judía Ashkenazi (síndrome de Walker-Warburg), y Turca (haplotipo A200P en el gen POMT1). Probablemente existan otras mutaciones fundadoras. Por lo tanto, el antecedente geográfico y étnico de los niños con sospecha de DMC puede ayudar a predecir el subtipo específico cuando se dispone de información para la población de interés.

Características clínicas

La hipotonía y la debilidad muscular esquelética progresiva son las manifestaciones clínicas cardinales de las DMCs. Los niveles séricos de creatina kinasa (CK) están típicamente, pero no invariablemente, elevados. Un estudio Clase II y 1 estudio Clase III demostraron que la hiperlaxitud articular distal, la hipotonía congénita y las contracturas articulares son características clínicas asociadas a colagenopatías. Un estudio Clase II mostró que los hallazgos clínicos clásicos de debilidad congénita, niveles de CK sérica elevados, y alteraciones de la sustancia blanca en la RMN cerebral predicen el subtipo de  merosinopatía.

Un estudio Clase II y 3 estudios Clase III proporcionaron evidencia de que los patrones clásicos de debilidad muscular, alteraciones oculares estructurales, y anormalidades cerebrales corticales (esto último a menudo asociado con defectos migracionales) característicos de las distroglicanopatías son generalmente predictivos de mutaciones en genes conocidos para dichos síndromes. Un estudio Clase III halló que la DMC-L (DMC asociada a LMNA) está fuertemente asociada con debilidad del extensor del cuello. Por lo tanto, en niños con sospecha de DMC, las características clínicas pueden predecir diagnósticos específicos por subtipo y pueden en algunos casos predecir los genes causantes.

Hallazgos en la imagen cerebral

Dos estudios Clase II y 1 estudio Clase III demostraron que los hallazgos anormales en los estudios de imágenes cerebrales pueden predecir en algunos casos el diagnóstico-subtipo específico, especialmente en las merosinopatías (anormalidades de la materia blanca) y en algunas distroglicanopatías (polimicrogiria, lesiones de la sustancia blanca, hipoplasia pontina, y quistes subcorticales cerebelosos).

Imágenes musculares

Tres artículos Clase I y 1 artículo Clase II proporcionaron evidencia de que las imágenes del músculo esquelético en niños con sospecha de DMC utilizando  resonancia magnética, ecografía y TC a menudo demuestran anomalías de señalización que sugieren diagnósticos específicos de subtipo. Esto ha sido más ampliamente documentado en subtipos de DMC asociados con rigidez de la columna vertebral, tales como colagenopatías y miopatía relacionada a SEPN1.

Resultados de la biopsia muscular

Las DMCs comparten hallazgos característicos de la biopsia muscular con otras DMs, incluyendo necrosis, regeneración de las fibras, variabilidad del tamaño de la fibra, y aumento del tejido conectivo perimisial y endomisial. Tres artículos Clase II y 3 artículos Clase III demostraron que la inmunohistoquímica puede identificar la presencia de una merosinopatía (LAMA2) o una distroglicanopatía. La evidencia es insuficiente para determinar la capacidad de las biopsias musculares para identificar colagenopatías.

¿Con qué frecuencia las pruebas genéticas confirman un diagnóstico de DMC?

Las DMCs suelen ser autosómicas recesivas, pero se han hallado algunos casos que siguen patrones autosómicos dominantes, por herencia directa, mutaciones espontáneas, o mosaicismo. Se han descubierto los orígenes genéticos de muchos casos de DMC. Sin embargo, muchos individuos afectados permanecen sin diagnóstico genético, un indicador de que los genes de nuevas enfermedades aún no han sido identificados. Las pruebas genéticas clínicas están disponibles para prácticamente todos los genes que se sabe están asociados con DMC.

La revisión sistemática de los autores identificó 2 estudios Clase III que hallaron que la tasa de detección de mutaciones para las DMCs en general varía entre el 20% y el 46%.En niños con colagenopatías (DMC de Ullrich o Miopatía de Bethlem), 1 estudio Clase II, 5 estudios Clase III grandes, y 7 estudios Clase III pequeños indican que las pruebas genéticas de COL6A1, COL6A2, y COL6A3 posiblemente tengan una alta probabilidad de detectar mutaciones causales.

Dos grandes estudios Clase III proveyeron evidencia de que en los niños con deficiencia completa de merosina en la  biopsia muscular, las pruebas genéticas de LAMA2 tienen una alta probabilidad de detectar mutaciones causales. Dos estudios Clase III más pequeños demostraron que en los niños con deficiencia parcial de merosina, la detección de la mutación en LAMA2 es menos consistente. La evidencia proporcionada por un estudio diagnóstico Clase II/cribado Clase III y por un estudio Clase III indica que las pruebas genéticas prenatales son muy precisas.

Siete estudios Clase III demostraron que las pruebas genéticas pueden detectar mutaciones causales en el 30% al 66% de los niños con distroglicanopatías. En la DMC de Fukuyama, las mutaciones en FKTN se detectan en casi el 100% de los pacientes (1 estudio diagnóstico Clase I/ cribado Clase III y 3 estudios de cribado Clase III).

En la enfermedad muscular-ocular-cerebral, las mutaciones en POMGnT1 pueden ser detectadas en el 100% de los pacientes (2 estudios Clase III). En el síndrome de Walker-Warburg, sólo el 40% de los pacientes presenta mutaciones en los genes conocidos (1 gran estudio Clase III y 2 estudios Clase III más pequeños).

¿Con qué frecuencia los pacientes con DMC experimentan complicaciones cognitivas, respiratorias, o cardiacas?

Numerosos informes resaltan un amplio espectro de complicaciones en niños y adultos jóvenes con DMC.
Complicaciones funcionales del SNC. Un estudio Clase II halló que el 58% de los pacientes con DMC tenía deterioro cognitivo. Un artículo Clase III reportó una alta incidencia de convulsiones en una cohorte de niños japoneses con DMC de Fukuyama. Otro artículo Clase III reportó que 2 niñas con distroglicanopatía tenían epilepsia asociada con hallazgos inusuales en el EEG.

Complicaciones respiratorias

Un estudio Clase III halló una tasa global de complicaciones respiratorias del 12% en la DMC. Otro estudio Clase III encontró que la capacidad vital forzada era <80% del valor predictivo en todos los pacientes con DMC de Ullrich a la edad de 6 años. Un estudio Clase III examinó el uso de la polisomnografía en 2 pacientes con DMC y 2 pacientes con síndrome de espina rígida y halló que todos los sujetos experimentaron hipoventilación nocturna e hipoxemia.

Complicaciones cardíacas

Un estudio Clase III observó una tasa global de complicaciones cardíacas del 6% en la DMC. Tres estudios Clase III evaluando mediciones ecocardiográficas estimaron que 8% a 30% de los pacientes con DMC merosina-positiva tenían función cardíaca deprimida. Dificultades de alimentación. En un estudio Clase III, las familias de 14 niños con merosinopatía informaron que sus hijos tenían dificultades de alimentación.

¿Existen tratamientos eficaces para las complicaciones de la DMC, incluyendo la escoliosis y las deficiencias nutricionales?

Esta revisión sistemática identificó 1 estudio Clase III sobre fusión espinal que demostró la corrección y prevención de la progresión de la escoliosis y la oblicuidad pélvica a lo largo de 2 años, resultando en un equilibrio mejorado o estable y en una mejor postura sentada. El impacto en el estado respiratorio y en otras complicaciones fue poco claro.


Recomendaciones prácticas

Dada la falta de literatura relacionada directamente con algunas de las cuestiones clínicas de la DMC, algunas de las siguientes recomendaciones se basan en parte en la evidencia de otros trastornos neuromusculares de la infancia.

Recomendaciones generales

Los pacientes con DMC pueden desarrollar varias combinaciones de manifestaciones cardiovasculares, gastrointestinales/nutricionales, neurológicas, oftalmológicas, ortopédicas, y pulmonares. Se recomienda la participación de un equipo multidisciplinario en el cuidado de pacientes con condiciones neuromusculares complejas como la esclerosis lateral amiotrófica.

Especialistas en patología neuromuscular, en particular neurólogos y fisiatras pediátricos con formación en la subespecialidad, son miembros claves de tales equipos, al igual que los médicos de otras especialidades (por ejemplo, cardiología, gastroenterología, neurología, oftalmología, cirugía ortopédica, neumología) y profesionales de la salud con experiencia relevante (por ejemplo, dietistas, consejeros genéticos, enfermeras, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas y fonoaudiólogos).

Recomendaciones

1. Los médicos que atienden a los niños con DMC deben consultar a un especialista en patología neuromuscular pediátrica para el diagnóstico y tratamiento (nivel B).

2. Los especialistas en patología neuromuscular pediátrica deben coordinar la atención multidisciplinaria de pacientes con DMC cuando dichos recursos son accesibles a las familias interesadas (nivel B).

3
. Cuando los consejeros genéticos están disponibles para ayudar a las familias a entender los resultados de las pruebas genéticas y tomar decisiones de planificación familiar, los médicos tratantes de pacientes con DMC pueden ayudar a las familias a acceder a tales recursos (nivel B).

Uso de las características clínicas, la resonancia magnética y la biopsia muscular en el diagnóstico. Los pacientes con algunos de los subtipos clásicos de DMC, incluyendo colagenopatías y distroglicanopatías, tienen características fenotípicas distintas que pueden ayudar a enfocar el proceso de diagnóstico.

Recomendación

1. Los médicos deben utilizar características clínicas relevantes tales como el origen étnico y la ubicación geográfica, los patrones de debilidad y las contracturas, la presencia o ausencia de afectación del SNC, el momento y la gravedad de la afectación de otros órganos, y los niveles séricos de CK para orientar el diagnóstico en colagenopatías y en distroglicanopatías (nivel B).

La interpretación de los resultados de la biopsia muscular, especialmente en los niños, depende en gran medida de la técnica y la experiencia del patólogo o el especialista en patología neuromuscular que interpreta los estudios. La interpretación apropiada de estos estudios requiere el conocimiento del contexto clínico, así como la disponibilidad de tecnologías avanzadas con capacidad de prueba. El conocimiento obtenido de una biopsia muscular puede ayudar a las familias y a los profesionales a comprender mejor el proceso de la enfermedad que afecta a pacientes específicos.

Recomendaciones

1. Los médicos podrían ordenar biopsias musculares que incluyan la tinción inmunohistoquímica para proteínas relevantes en casos de DMC para los que el diagnóstico-subtipo específico no es evidente después de los estudios de diagnóstico iniciales, si se determina que el riesgo asociado con la anestesia general es aceptable (Nivel C).

2. Cuando las biopsias musculares están indicadas en casos de sospecha de DMC, deben ser realizadas e interpretadas en centros con experiencia en esta modalidad de prueba. En algunos casos, la información de diagnóstico óptima puede derivarse cuando la biopsia se realiza en un centro y se interpreta en otro (nivel B).

Los hallazgos típicos de anormalidades de la sustancia blanca en la RMN cerebral en las merosinopatías pueden hallarse regularmente por encima de la edad de 6 meses, y las alteraciones estructurales del cerebro que frecuentemente acompañan a las  distroglicanopatías están bien documentadas.

Los estudios ecográficos del músculo y la RM pueden ayudar a distinguir los desórdenes neurogénicos de los miopáticos y a mostrar patrones patognomónicos para subtipos específicos de DMC. Del mismo modo, los estudios de RMN del músculo pueden ayudar a identificar subtipos de DMC, incluyendo colagenopatías y miopatías relacionadas con SEPN1.

Recomendaciones

1. Los médicos deben ordenar imágenes por resonancia magnética del cerebro para ayudar al diagnóstico de pacientes con sospecha clínica de subtipos de DMC tales como merosinopatías y distroglicanopatías, si se determina que el riesgo potencial asociado con cualquier sedación es aceptable y si un radiólogo u otro médico con experiencia adecuada está disponible para interpretar los resultados (Nivel B).

2. Los médicos pueden ordenar estudios de imágenes de los músculos de las extremidades inferiores para las personas con sospecha de subtipos de DMC tales como colagenopatías (ultrasonido o resonancia magnética) y miopatía relacionada con SEPN1 (RMN), si se determina que el riesgo asociado con cualquier sedación necesaria es aceptable y si un radiólogo u otro médico con la experiencia adecuada está disponible para interpretar los resultados (Nivel C).

Diagnóstico genético. Las pruebas genéticas dirigidas a menudo identifican mutaciones causales en los subtipos de DMC clásicos. Sin embargo, el costo de la secuenciación tradicional de Sanger para algunos de los genes causantes más grandes presenta un obstáculo para la aplicación universal de tal secuenciación, a pesar de que la prueba está fácilmente disponible. Los diagnósticos genéticos son beneficiosos para el paciente, ya que en general permiten a los médicos proporcionar un pronóstico más preciso y facilitar el asesoramiento genético y las discusiones de planificación familiar, y pueden permitir a los pacientes estar más conscientes de los ensayos clínicos futuros para los cuales pueden ser elegibles.

Recomendación

1. Si está disponible y es factible, los médicos podrían ordenar una prueba genética específica para subtipos específicos de DMC que tienen causas moleculares bien caracterizadas (Nivel C).

La revisión sistemática de los autores indica que muchos pacientes con DMC no tienen mutaciones en uno de los genes conocidos actualmente. El costo de la secuenciación de nueva generación (secuenciación de todo el exoma y de todo el genoma) está disminuyendo rápidamente, hasta el punto en que estas tecnologías ahora están fácilmente disponibles para muchos investigadores que buscan genes nuevos causantes de enfermedad.

Recomendación

1. En los individuos con DMC que no tienen una mutación identificada en uno de los genes comúnmente asociados o que tienen un fenotipo cuyos orígenes genéticos no han sido bien caracterizados, los médicos podrían ordenar la secuenciación de todo el exoma o de todo el genoma si esas tecnologías están accesibles y asequibles para el uso clínico de rutina (nivel C).

Complicaciones y tratamiento

Los pacientes con DMC experimentan un amplio espectro de complicaciones respiratorias, musculoesqueléticas, cognitivas y cardíacas con variables temporales entre los individuos. Los profesionales podrán, bajo circunstancias apropiadas, extrapolar información de enfermedades neuromusculares y neuromotoras de inicio temprano para las que se han desarrollado guías de consenso en base a principios establecidos de atención y a ensayos de intervención y limitados a resultados.

Existen actualmente intervenciones no curativas para las DMC específicas de subtipo. Por lo tanto, la detección de complicaciones y las intervenciones están destinadas a promover el crecimiento y el desarrollo potencial, mitigar las morbilidades acumuladas, optimizar la función y limitar la mortalidad al mismo tiempo que se maximiza la calidad de vida.

Recomendación

1. Al momento del diagnóstico, el médico debe aconsejar a las familias con respecto a las áreas de incertidumbre tales como los resultados clínicos y el valor de las intervenciones, ya que influyen en la longevidad y en la calidad de vida. Los médicos deben explicar las implicaciones multisistémicas de la insuficiencia neuromuscular y guiar a las familias para tomar decisiones con respecto al monitoreo y el tratamiento de las complicaciones de la DMC (nivel B).

Complicaciones respiratorias

Los pacientes con insuficiencia respiratoria relacionada con debilidad neuromuscular pueden experimentar síntomas respiratorios visibles, pero a menudo no tienen síntomas como la disnea que preceden a la aparición de la falla respiratoria. Las intervenciones no invasivas e invasivas se utilizan rutinariamente para niños con DMC. Neumólogos, especialistas en cuidados críticos y terapeutas respiratorios con formación pediátrica y experiencia en trastornos neuromusculares tienen más probabilidades de ofrecer opciones de tratamiento que puedan optimizar los resultados respiratorios y minimicen los riesgos de infección y de complicaciones.

Recomendaciones

1. Los médicos deben explicarle a las familias de los pacientes con DMC que la insuficiencia respiratoria y sus problemas asociados pueden ser poco visibles al principio (Nivel B).

2. Los médicos deben vigilar la función pulmonar mediante pruebas como la espirometría y la saturación de oxígeno en los estados de vigilia y de sueño en los pacientes con DMC, con  niveles de seguimiento individualizados en base al estado clínico del niño (nivel B).

3. Los médicos deben derivar a los niños con DMC a equipos de cuidado respiratorio y aerodigestivo, cuando estén disponibles, y que tengan experiencia en el manejo de la interfaz entre la función orofaríngea, el reflujo gástrico y la dismotilidad, y los sistemas respiratorio y nutricional, y que puedan proporcionar orientación anticipada relativa a trayectoria, modalidades de evaluación, complicaciones, e intervenciones potenciales (nivel B).

Complicaciones de la disfagia

Los pacientes con trastornos neuromusculares a menudo experimentan disfagia (deglución deteriorada), con implicancias en el crecimiento y la nutrición. La disfunción al tragar puede manifestarse por retraso en el desarrollo y también puede aumentar el riesgo de ingreso en unidades de cuidados intensivos y el riesgo de mortalidad. La disfagia puede ser diagnosticada a través de evaluaciones multidisciplinarias estándar y estudios radiológicos. La nutrición segura y adecuada es necesaria para una salud óptima, y por lo tanto los beneficios potenciales de una mejor nutrición con una gastrostomía deben sopesarse contra los riesgos potenciales asociados con un procedimiento invasivo.

Recomendaciones

1. Los especialistas en patología neuromuscular deben coordinar con los profesionales de atención primaria para seguir la nutrición y las trayectorias de crecimiento de los pacientes con DMC (nivel B).

2. Para los pacientes con DMC, los médicos deben pedir evaluaciones multidisciplinarias con especialistas en deglución, gastroenterólogos, y radiólogos si hay evidencia de falta de crecimiento o síntomas respiratorios (o ambos) (Nivel B).

3. Para los pacientes con DMC, un equipo de cuidado multidisciplinario, teniendo en cuenta las consideraciones médicas y familiares, debe recomendar la colocación de una gastrostomía con o sin fundoplicatura bajo circunstancias apropiadas (Nivel B).

Complicaciones cardíacas

Los pacientes con DMC experimentan complicaciones cardiacas funcionales y estructurales, pero la frecuencia de éstas para muchos de los subtipos es desconocida. En base a una experiencia más amplia con complicaciones cardíacas en la distrofia de Duchenne y en la DM de Becker, la afectación cardíaca puede ser subclínica y evidente sólo en el ecocardiograma o en el ECG (o en ambos) en etapas previas; dicho compromiso puede ser susceptible de tratamiento farmacológico.

Recomendación

1. Los médicos deben derivar a los niños con DMC, independientemente del subtipo, para una evaluación cardíaca basal. Los intervalos de las nuevas evaluaciones dependerán de los resultados de la evaluación basal y del diagnóstico subtipo específico (nivel B).

Complicaciones peri-procedimiento

Los pacientes con enfermedades neuromusculares tienen un mayor riesgo de complicaciones peri-procedimiento, incluyendo problemas de las vías respiratorias, control subóptimo del dolor, complicaciones pulmonares, tiempos de recuperación prolongados, y complicaciones de acondicionamiento y reposo en cama.

Recomendaciones

1. Antes de cualquier intervención quirúrgica y de anestesia general en el marco de una DMC, los médicos deben discutir el potencial aumento del riesgo de complicaciones con las familias de los pacientes, debido a que estos factores pueden afectar la toma de decisiones en relación con el consentimiento de ciertos procedimientos electivos (Nivel B).

2. Cuando los niños con DMC se someten a procedimientos bajo sedación o anestesia general, los médicos los deben vigilar más de lo habitual en el postoperatorio inmediato para diagnosticar y tratar las complicaciones respiratorias, nutricionales, de movilidad y de motilidad gastrointestinal (Nivel B).

Complicaciones musculoesqueléticas

Los pacientes con DMC tienen mayor riesgo de complicaciones del aparato locomotor, incluyendo deformidades esqueléticas y contracturas. Los ejercicios de movimiento son intervenciones sencillas que, por lo general, no implican un riesgo significativo, pero la eficacia de tales ejercicios no ha sido establecida. También se carece de datos sobre la eficacia de las ortesis en niños con DMC.

En general se acepta que las intervenciones quirúrgicas ortopédicas como los procedimientos de alargamiento del tendón del talón alivian las contracturas tendinosas al menos en el corto plazo; sin embargo, la eficacia a largo plazo no está clara. Los agentes bloqueantes neuromusculares (por ejemplo, la toxina botulínica) puede causar un empeoramiento prolongado de la debilidad en pacientes con enfermedad neuromuscular.

Recomendaciones

1. Los médicos deben consultar a profesionales de la salud, incluyendo terapistas físicos, ocupacionales y del habla; especialistas en movilidad; especialistas en rehabilitación; y cirujanos ortopédicos, a fin de ayudar a maximizar la función y potencialmente ralentizar la progresión de las complicaciones musculoesqueléticas en niños con DMC (nivel B).

2. Los médicos pueden recomendar ejercicios de rango de movimiento, dispositivos ortopédicos, procedimientos de alargamiento de tendones, o una combinación de estas intervenciones para los niños con DMC en ciertas circunstancias (Nivel B).

3. Los médicos podrían evitar el uso agentes bloqueantes neuromusculares (por ejemplo, toxina botulínica) en pacientes con DMC, a menos que se determine que las contracturas causan significativamente mayor deterioro que lo que haría cualquier potencial empeoramiento de la debilidad en grupos musculares específicos (nivel C).

Ajustes educativos

Antes de la edad escolar, los niños con riesgo de retraso en el desarrollo son elegibles para los servicios de intervención temprana según mandato federal. La Ley de Educación para Personas con Discapacidades de 2004 garantiza a los niños con discapacidad una educación pública gratuita y apropiada.

Recomendación

1. Los médicos deben derivar a los niños con DMC a profesionales dedicados a educación especial, especialistas en desarrollo, y a especialistas en educación cuando sea apropiado según circunstancias individuales (nivel B).

Recomendaciones para futuras investigaciones

A pesar de los avances en el conocimiento genético de las DMCs, aún no se han descubierto nuevos genes. Continúan las lagunas en el conocimiento con respecto a los cursos clínicos, las complicaciones asociadas, y los regímenes de tratamiento óptimos para los diversos subtipos de DMC. Medidas de resultado estandarizadas promoverían una investigación más rigurosa que ayudaría a identificar las complicaciones y a optimizar el tratamiento en estos pacientes.

Los siguientes temas merecen mayor investigación:

1. Descubrimiento de genes en la DMC
2. Estudios genotipo-fenotipo de las DMCs, especialmente estudios longitudinales
3. Frecuencia y factores de riesgo de diversas complicaciones en la DMC
4. Méritos de diversas intervenciones terapéuticas para la DMC


Comentario: Las distrofias musculares congénitas abarcan un espectro diverso de cuadros clínicos presentes desde el nacimiento, con signos y síntomas específicos de subtipo. Su desarrollo se acompaña de numerosas complicaciones, con deterioro de la calidad de vida de los pacientes y un alto índice de morbi-mortalidad. Mientras el conjunto de estas enfermedades es estudiado más en profundidad, esta guía un manejo puede ser una herramienta  extremadamente útil  para el manejo multidisciplinario de este tipo de pacientes. 


Glosario:

AAN: Academia Americana de Neurología;
AAMNE: Asociación Americana de Medicina Neuromuscular y Electrodiagnóstico;
B3GALNT2: β-1,3-N-acetilgalactosaminiltransferasa 2;
B3GNT1: β-1,3-N-acetilglucosaminiltransferasa 1;
CK: creatina kinasa;
DMC: Distrofia muscular congénita;
COL6A1: Colágeno 6α1;
COL6A2: Colágeno 6α2;
COL6A3: Colágeno 6α3;
DAG1: α-distroglicano;
FKTN: Fukutina;
GMPPB: GDP- manosa pirofosforilasa B;
LAMA2: laminina α2;
LMNA: Lamina A/C;
DM: Distrofia muscular;
DMCDM: Distrofia muscular congénita deficiente en merosina;
SEPN1: Selenoproteína 1;
SGK196: Proteína-O-manosa kinasa;
TMEM5: TMEM5.

Comentario y resumen: Dra. María Eugenia Noguerol