Pacientes asiáticos

Secuelas a largo plazo del glaucoma primario agudo de ángulo cerrado

El presente estudio tiene la finalidad de determinar cuales con las secuelas a largo plazo del ataque agudo de glaucoma primario de ángulo cerrado en ojos asiáticos.

Autor/a: Dres. Aung T, Friedman DS, Chew PT, Ang LP, Gazzard G

Fuente: Ophthalmology. 2004 Aug;111(8):1464-9.

El glaucoma primario de ángulo cerrado (GPAC) tiene gran incidencia en Asia. En China, se estima que 3.5 millones de personas son afectadas por GPAC y 28 millones de personas presentan ángulo estrecho de la cámara anterior, lo que constituye un importante factor de riesgo de GPAC. Dicha enfermedad es considerada responsable de la mayoría de las cegueras bilaterales por glaucoma en Mongolia y Singapur. El GPAC puede ser clasificado como agudo o crónico. Recientemente, se ha informado que Singapur tiene la mayor incidencia de glaucoma primario de ángulo cerrado agudo (GPACA), lo que hace que este país sea ideal para el estudio de las secuelas a largo plazo de dicha enfermedad entre pacientes asiáticos.

No se ha determinado exactamente la incidencia y severidad del daño del nervio óptico que resulta de un episodio de GPACA. En muchos casos de GPACA el paciente se recupera en el corto plazo sin pérdida visual significativa. Sin embargo, también puede provocar una neuropatía óptica glaucomatosa (NOG) o un glaucoma crónico. El GPACA en ojos asiáticos se cree que es más severo que en ojos caucásicos y que su tratamiento láser podría tener distintos resultados a largo plazo.

Pacientes y métodos:

Participaron 90 pacientes de hospitales de Singapur, que sufrieron GPACA en los 4 a 10 años anteriores. Todos fueron sometidos a un  examen oftalmológico completo, incluyendo agudeza visual, campo visual, examen con pupila dilatada y fotografía de la cabeza del nervio óptico. Se estudiaron los discos ópticos, tanto clínica como fotográficamente, para juzgar si existía neuropatía óptica glaucomatosa y se evaluó el campo visual para determinar la pérdida correspondiente. Todos los campos visuales y las fotografías del nervio óptico fueron sometidos a una segunda evaluación por parte de un especialista en glaucoma.

Este estudio es el primero que investiga las secuelas a largo plazo después de un episodio de GPACA, en asiáticos. Con un plazo promedio de 6 años entre el momento de producirse el ataque y el del examen, un quinto de los pacientes con GPACA presentaban ceguera en el ojo afectado y en el 50% de los casos la ceguera fue causada por glaucoma. Casi la mitad de los pacientes presentaron neuropatía óptica glaucomatosa. Aproximadamente el 40% de los casos fue sometido a cirugía filtrante. Los resultados del presente estudio muestran que el GPACA está asociado con una pérdida visual significativa a largo plazo. Los presentes resultados no coinciden con un informe anterior de Escocia, en el que solo 6 de 48 pacientes presentaban una relación C/D de más de 0,6, después de tres años de la iridectomía, lo que indica que la mayoría de ellos no presentaba glaucoma o pérdida visual significativa.

Previamente, se ha documentado el alto índice de desarrollo de glaucoma de ángulo cerrado crónico después de un GPACA y más de la mitad de los casos presentaron incremento de la PIO en el seguimiento a largo plazo, luego de resuelto el ataque agudo (a pesar de haberse realizado IPL). Comparando estos resultados con los de estudios en ojos caucásicos se observa que los ojos caucásicos son menos propensos a desarrollar glaucoma crónico después de un GPACA, y por lo tanto los resultados visuales son mejores.

Varias características relacionadas con el episodio de GPACA pueden tener una influencia importante en la patogénesis del glaucoma crónico. Se cree que los ataques de GPACA son más severos en pacientes asiáticos porque los pacientes son atendidos más tardíamente. A pesar de que Singapur es una ciudad-estado pequeña y que la atención médica es de fácil acceso, la duración promedio de los síntomas antes de presentarse el paciente es de 3 días, según un estudio de Singapur (el 22% es esperó más de una semana). El episodio agudo, con frecuencia, no responde al tratamiento medicinal; más del 50% no respondieron. Ataques tan severos de GPACA pueden causar daño del ángulo, dando como resultado una disminución del flujo y aumento de la PIO semanas o meses después. También es posible que el ataque provoque cambios isquémicos en el nervio óptico. Los ojos chinos tienen iris gruesas de color marrón oscuro y la IPL en dicho ojos requiere mucha más energía láser para penetrar el iris. Es posible que la inflamación y pérdida de pigmento por la IPL cause daño trabecular y contribuya a la dificultad para controlar la PIO.

Casi la mitad de los pacientes fáquicos en este estudio presentaban ángulos muy estrechos según la gonioscopía. Es posible que la iridotomía láser haya alterado la configuración del ángulo en dichos ojos. Casi un cuarto de los ojos fáquicos presentaban  sinequia anterior periférica (SAP), lo que indica daño trabecular significativo en los ángulos. La magnitud de la SAP se asoció con la posibilidad de neuropatía óptica glaucomatosa y con la ineficacia de la iridotomía periférica láser para controlar la PIO.

Una importante proporción de los pacientes del presente estudio (58%) presentaban una agudeza visual de menos de 6/9, en general, debido a catarata no operada, es sorprendente que no se haya considerado la operación de catarata en estos pacientes. No se sabe si el GPACA favorece el desarrollo temprano de cataratas. Sin duda, una PIO elevada con una isquemia del segmento anterior puede favorecer el desarrollo de catarata.

A pesar de diversas limitaciones, el presente estudio es el único que observó una gran  muestra de pacientes asiáticos con GPACA, lo que proporciona información significativa con respecto a las secuelas a largo plazo de esta enfermedad ocular en esta población.

Conclusiones:

Varios años después de haber sido atendidos por un episodio de GPACA, el 17,8% de los pacientes examinados estaban ciegos en el ojo afectado y casi la mitad presentaba daño glaucomatoso del nervio óptico. La visión de muchos de los pacientes que intervinieron en el estudio se veía reducida por cataratas no operadas. Los pacientes que sufren GPACA deben ser controlados regularmente para monitorear el deterioro del campo visual y desarrollo de glaucoma.